Mateo 26:35 - Biblia Lenguaje Básico

³⁵ Pedro le contestó: —Aunque tenga que morir contigo, yo nunca diré que no te conozco. Los demás discípulos dijeron lo mismo.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³⁵ Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁵ —¡No! —insistió Pedro—. Aunque tenga que morir contigo, ¡jamás te negaré! Y los demás discípulos juraron lo mismo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁵ Pedro insistió: 'Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré'. Y los demás discípulos le aseguraban lo mismo.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁵ Pedro le dice: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁵ Pedro le dice: 'Pues aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré'. Y otro tanto dijeron también todos los discípulos.

Mateo 26:35 Referans Kwoze

Éxodo 19:8

El pueblo dijo a Moisés: —Haremos todo lo que Dios nos ordene. Moisés comunicó a Dios la respuesta del pueblo,

Proverbios 28:14

Los que respetan a Dios son dichosos; en cambio, los que se obstinan en pecar caerán en la desgracia.

Proverbios 29:23

El orgulloso será humillado; el humilde, en cambio, alcanzará honores.

Mateo 10:33

Pero si negáis ante los demás que sois mis seguidores, yo también negaré que lo sois ante mi Padre que está en el cielo.

Juan 13:37

Pero Pedro insistió: —¿Por qué no puedo acompañarte ahora, Señor? ¡Estoy dispuesto a morir por ti!

Romanos 11:20

Y es verdad. Pero ellos fueron rechazados por no creer en Dios, y vosotros solamente por creer en él. Así que no os pongáis orgullosos; más bien, tened cuidado.

1 Corintios 10:12

Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en hacerlo.

Filipenses 2:12

Queridos hermanos, cuando estaba con vosotros, siempre me obedecíais. Ahora que estoy lejos, debéis hacerlo más que nunca. Por eso, con pleno respeto a Dios, trabajad en vuestra salvación.

1 Pedro 1:17

Dios es un juez que no tiene favoritos, y será él quien decida si merecemos ser castigados o premiados según lo que cada uno de nosotros haya hecho. Así que, si decís que Dios es vuestro Padre, debéis honrarle en este mundo todos los días de vuestra vida.