15 Cuando veáis que en el Lugar Santo ha sido puesto el ídolo horrible de la destrucción anunciado por el profeta Daniel —que trate de entender esto el que lo lea— entonces
15 »Llegará el día cuando verán de lo que habló el profeta Daniel: el objeto sacrílego que causa profanación de pie en el Lugar Santo. (Lector, ¡presta atención!).
Yo soy el Dios de Israel y esta es la señal de que cumpliré mis amenazas contra vosotros: dejaré que Ofrá, el faraón de Egipto, muera a manos de vuestros enemigos. Haré con él lo mismo que hice con Sedecías, el rey de Judá, a quien puse en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que quería darle muerte.
Aquel hombre me dijo: —Ezequiel, hombre mortal, presta mucha atención a lo que voy a mostrarte, pues Dios te ha traído aquí para que comprendas lo que te voy a enseñar y luego tú digas a los israelitas todo lo que veas.
Sus soldados no respetarán el Templo ni la ciudad amurallada. Eliminarán el sacrificio que se ofrece todos los días y colocarán en el Templo un ídolo odioso.
A partir del momento en que se suprima el sacrificio diario y sea colocado en el Templo de Dios el ídolo odioso, pasarán mil doscientos noventa días. Felices los que esperen todo ese tiempo confiando en Dios.
Dios te ama mucho, y tan pronto como empezaste a orar, Dios se mostró dispuesto a escuchar tus oraciones. He venido para darte su respuesta. Pon mucha atención para que entiendas lo que quiere decir tu visión.
Tú debes entender bien esto: Pasarán siete semanas desde que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta la llegada del Príncipe elegido. Y pasarán otras sesenta y dos semanas hasta que sean reconstruidas las murallas y las calles de Jerusalén. ¡Serán días de angustia y tristeza!
Durante una semana más, ese rey malvado hará un pacto con gran número de gente; pero a la mitad de la semana prohibirá que se hagan ofrendas, y en el altar de los sacrificios se ofenderá gravemente a Dios. Después de todo esto, Dios destruirá al malvado que lo ofendió.
El que lea esto debe tratar de entender lo que digo. Cuando veáis que el ídolo horrible está en el lugar donde no debe estar, huid de inmediato. Los que estén en la región de Judea, que corran hacia las montañas;
y gritaron: —¡Israelitas, ayudadnos! ¡Este es el hombre que anda por todas partes hablando en contra de nuestro país, en contra de la ley de Moisés, y en contra de este Templo! ¡Hasta extranjeros ha metido en el Templo! ¡No respeta ni este lugar santo!
y llamaron a algunos hombres para que dieran falso testimonio contra Esteban y dijeran: —Este hombre anda diciendo cosas terribles contra el santo Templo y contra la Ley de Moisés.
¡Dios bendiga a quien lea en público este mensaje! ¡Y bendiga también a los que lo escuchen y lo pongan en práctica! ¡Ya viene el día en que Dios cumplirá todo lo que se anuncia en este libro!