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Mateo 10:32 - Biblia Lenguaje Básico

32 Si os declaráis a mi favor delante de los demás, yo también me declararé a vuestro favor ante mi Padre que está en el cielo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 »Todo aquel que me reconozca en público aquí en la tierra también lo reconoceré delante de mi Padre en el cielo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Al que se ponga de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre de los Cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de mi Padre celestial;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Por tanto, respecto a todo aquel que se ponga de mi parte ante de los hombres, también yo me pondré de su parte ante mi Padre que está en los cielos.

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Mateo 10:32
12 Referans Kwoze  

En la presencia de reyes hablaré de tus mandamientos y no me sentiré avergonzado.


Entonces yo, el Rey, diré a los buenos: «¡Mi Padre os ha bendecido! ¡Venid, participad del reino que mi Padre os tiene preparado desde antes de la creación del mundo!


De la misma manera, los ángeles de Dios hacen fiesta cuando alguien se convierte a Dios.


Los padres dijeron esto porque tenían miedo de los judíos, ya que ellos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a todo el que creyera y dijera que Jesús era el Mesías.


Por lo tanto, no te avergüences de hablar bien de nuestro Señor Jesús. Tampoco te avergüences de mí, que estoy preso por servir a Jesucristo. Al contrario, tienes que estar dispuesto a sufrir conmigo, con las fuerzas que Dios te dará, por anunciar la buena noticia.


Si alguien reconoce que Jesucristo es el Hijo de Dios, queda íntimamente unido a Dios, y Dios a él.


—Sé que vives en la ciudad donde Satanás tiene su trono, pero también sé que, a pesar de eso, me sigues siendo fiel y no has abandonado la fe. En esa ciudad, donde habita Satanás, mataron a Antipas, que siempre me sirvió con fidelidad, ¡y ni siquiera entonces dejaste de creer en mí!


A los que salgan vencedores, los vestiré con ropas blancas y no borraré sus nombres del libro de la vida. Y los reconoceré delante de mi Padre y de los ángeles que le sirven.


Yo prometí a tu familia y a tus antepasados que siempre serían mis sacerdotes. Pero ya no será así. Yo aprecio a los que me aprecian, pero desprecio a los que me desprecian.


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