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Marcos 12:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Jesús les contó entonces esta parábola: —Un hombre sembró una viña y construyó una valla alrededor de ella. También preparó un lagar para hacer vino con las uvas que cosechara, y construyó una torre para vigilar el terreno. Luego, arrendó la viña a unos labradores y se fue de viaje.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Después Jesús comenzó a enseñarles con historias: «Un hombre plantó un viñedo. Lo cercó con un muro, cavó un hoyo para extraer el jugo de las uvas y construyó una torre de vigilancia. Luego les alquiló el viñedo a unos agricultores arrendatarios y se mudó a otro país.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Jesús entonces les dirigió estas parábolas: 'Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y construyó una casa para el celador. La alquiló después a unos trabajadores y se marchó al extranjero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y comenzó a hablarles en parábolas: Un hombre plantó una viña,° y puso en torno una cerca, excavó debajo un lagar° y edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Y comenzó a hablarles en parábolas. 'Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, excavó un lagar y construyó una torre; luego la arrendó a unos viñadores y se fue lejos de su tierra.

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Marcos 12:1
38 Referans Kwoze  

Los viñedos que antes tenían mil plantas y valían mil monedas de plata se convertirán en matorrales llenos de espinos.


Tan grande es la mancha de vuestro pecado que ni el mejor jabón del mundo podrá quitar de vosotros esa mancha. Yo os he cuidado como se cuida al mejor viñedo. Vuestros antepasados me obedecieron, pero vosotros os habéis convertido en viña degenerada que solo produce uvas podridas. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Jesús les enseñó muchas cosas por medio de parábolas. Les decía:


Jesús también les dijo: —¿Qué opináis de esto que os voy a contar? Un hombre tenía dos hijos; se acercó a uno y le dijo: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña».


Escuchad esta otra parábola: El dueño de un campo plantó una viña y construyó una valla alrededor de ella. Preparó un lagar para hacer vino con las uvas que cosechara, y construyó una torre para vigilar el campo. Luego arrendó la viña a unos hombres y se fue de viaje.


Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño de la viña envió a unos sirvientes para pedir la parte de la cosecha que le correspondía.


En el reino de Dios pasará lo mismo que sucedió cierta vez con un hombre que decidió irse de viaje. Llamó a sus empleados y les encomendó la administración de sus bienes.


Por eso respondieron a Jesús: —No lo sabemos. Entonces Jesús les dijo: —Pues yo tampoco os diré quién me da autoridad para hacer todo esto.


Sucede lo mismo que cuando un hombre decide irse de viaje. Llama a sus empleados y les encarga que le cuiden la casa. A cada uno le encarga un trabajo y al portero le ordena que vigile.


Entonces Jesús los llamó y les puso este ejemplo: —¿Cómo puede Satanás expulsarse a sí mismo?


Jesús les enseñó muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo en su enseñanza:


A los pocos días, el hijo menor vendió lo que su padre le había dado y se fue lejos, a otro país. Allí se dedicó a hacer lo que le venía en gana, malgastando todo el dinero.


Entonces Jesús les contó esta parábola: —Un príncipe fue nombrado rey de su país, y tuvo que hacer un largo viaje para que el emperador lo coronara como rey. Después de la coronación, volvería a su país.


Ellos le preguntaron: —¿Dónde quieres que la preparemos?


Jesús les respondió: —A vosotros os he explicado los secretos acerca del reino de Dios. Pero a los demás solo les enseño por medio de parábolas. Así, aunque miren, no verán, y aunque oigan, no entenderán.


Moisés estuvo con nuestros antepasados en la asamblea del desierto, actuando como intermediario entre nuestros antepasados y el ángel de Dios que le hablaba en el monte Sinaí. Él fue quien recibió palabras que dan vida con el encargo de transmitírnoslas.


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