Lucas 8:51 - Biblia Lenguaje Básico

^51-53 Cuando llegaron a la casa, todos lloraban y lamentaban la muerte de la niña, pero Jesús les dijo: —¡No lloréis! La niña no está muerta; solo está dormida. La gente empezó a burlarse de Jesús, pues sabían que la niña estaba muerta. Entonces Jesús entró con Pedro, Santiago, Juan, juntamente con el padre y la madre de la niña, y no dejó que nadie más entrara.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁵¹ Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁵¹ Cuando llegaron a la casa, Jesús no dejó que nadie entrara con él excepto Pedro, Juan, Santiago, y el padre y la madre de la niña.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁵¹ Al llegar a la casa, no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan y Santiago y al padre y la madre de la niña.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁵¹ Y entrando en la casa, a nadie permitió entrar consigo, sino a Pedro, a Juan y a Jacobo, y al padre y a la madre de la joven.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁵¹ Llegó a la casa y no permitió que nadie entrara con él, fuera de Pedro, Juan y Santiago, además del padre y la madre de la niña.

Lucas 8:51 Referans Kwoze

2 Reyes 4:33

Así que entró en la habitación, cerró la puerta y se quedó a solas con el niño. Después de orar a Dios,

Isaías 42:2

Mi siervo no gritará, no levantará la voz, ni se le oirá en las calles.

Marcos 14:33

Jesús invitó a Pedro, a Santiago y a Juan, para que lo acompañaran. Entonces empezó a sentirse terriblemente triste

Lucas 6:14

Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,

Lucas 8:50

Al oír esto, Jesús dijo a Jairo: —No tengas miedo. Basta con que tengas fe y ella se pondrá bien.

Lucas 9:28

Unos ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago hasta un monte alto, para orar.

Hechos 9:40

Pedro mandó que toda la gente saliera del lugar. Luego se arrodilló y oró al Señor. Después de eso, se volvió hacia donde estaba el cuerpo de Tabita y le ordenó: —¡Tabita, levántate! Ella abrió los ojos, vio a Pedro y se incorporó.