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Lucas 7:7 - Biblia Lenguaje Básico

7 Ni siquiera me he sentido digno de ir a verte yo mismo en persona. Solamente te ruego que ordenes que mi siervo se cure; sé que quedará completamente sano.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ni siquiera soy digno de ir a tu encuentro. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 por lo cual, ni siquiera me consideré digno de ir a ti; pero dilo de palabra, ¡y sea sano° mi mozo!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 por eso, tampoco yo me he considerado digno de presentarme ante ti. Pero dilo de palabra, y que mi criado se cure.

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Lucas 7:7
10 Referans Kwoze  

con solo una orden los sanó. ¡Así los salvó de la muerte!


Él creó todo lo que existe por medio de su palabra. Bastó una orden suya para que todo fuera hecho.


Les dijo: —Yo soy vuestro Dios, el que cuida de vuestra salud. Si prestáis atención a mis consejos y obedecéis estos mandamientos y estas leyes que hoy os doy, y hacéis solo lo que es bueno, no os castigaré como a los egipcios.


La gente se quedó muy asombrada, y se preguntaba: —¿Qué es esto? ¿Una nueva enseñanza? ¿Qué clase de poder tiene este hombre? Da órdenes con autoridad y con poder a los espíritus malos pidiéndoles que salgan, ¡y ellos le obedecen!


La gente se asombró mucho y decía: —¿Qué clase de poder tiene este hombre? Da órdenes con autoridad y con poder a los espíritus malos pidiéndoles que salgan, y ellos le obedecen.


Jesús extendió la mano, tocó al enfermo y le dijo: —¡Quiero! ¡Queda sano! De inmediato, el hombre quedó completamente curado.


Jesús fue con ellos, y cuando estaban cerca de la casa, el oficial romano mandó a unos amigos para que dijeran a Jesús: —Señor, no te molestes por mí; yo no merezco que entres en mi casa.


Yo también estoy acostumbrado a dar órdenes y a obedecerlas. Cuando digo a uno de mis soldados: «¡Ve!», me obedece y va. Si le digo a otro: «¡Ven!», me obedece y viene. Y si le digo a uno de mis asistentes: «¡Haz esto!», lo hace.


¡Daos cuenta ahora de que yo soy el único Dios! No hay otros dioses conmigo; solo yo sano las heridas; solo yo doy la vida y solo yo puedo quitarla. Nadie puede escapar de mi poder.


Dios nos da la muerte y la vida, nos hace sufrir y nos hace gozar.


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