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Lucas 4:7 - Biblia Lenguaje Básico

7 Yo te haré dueño de todos ellos, si te arrodillas delante de mí y me adoras.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Te daré todo esto si me adoras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Si te postras pues y me adoras, será toda tuya.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Si te postras delante de mí, todo eso será tuyo'.

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Lucas 4:7
11 Referans Kwoze  

Que todos los reyes se arrodillen en su presencia y que todas las naciones se pongan a su servicio.


Esto dice también Dios a Israel: «Los campesinos de Egipto, los comerciantes de Etiopía y los habitantes de Sabá, que son todos muy altos, desfilarán ante ti y se volverán tus esclavos. Se arrodillarán ante ti y te dirán: "Solo en medio de ti está Dios; fuera de él no hay ningún otro Dios"».


Hay quienes gastan oro y plata en abundancia para contratar un artesano que les fabrique un dios. Luego se arrodillan ante él para adorarlo.


Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se arrodillaron para adorarlo. Abrieron los tesoros y le regalaron al niño oro, incienso y mirra.


Cuando llegó ante Jesús, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y le dio las gracias. Este hombre era samaritano.


y le dijo: —Todos estos países me los dieron a mí, y puedo dárselos a quien yo quiera.


Jesús le respondió: —Las Escrituras dicen: «Adorarás al Señor tu Dios, y solo a él servirás».


Como los demonios lo atacaban muchas veces, la gente le ponía cadenas en las manos y en los pies, y lo mantenía vigilado. Pero él rompía las cadenas y, empujado por el demonio, huía a lugares solitarios. Cuando este hombre vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces Jesús ordenó al demonio que saliera del hombre, pero él gritaba: —¡Jesús, Hijo del Dios altísimo, no te metas conmigo! Te ruego que me dejes en paz y no me hagas sufrir.


Yo, Juan, vi y oí todas estas cosas. Y después de verlas y oírlas, me arrodillé para adorar al ángel que me las mostró.


Cada vez que hacen esto, los veinticuatro ancianos se arrodillan delante de él, lo adoran y, arrojando sus coronas delante del trono, cantan:


Apenas hizo esto, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se arrodillaron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y llevaba una copa llena de incienso que representaba las oraciones del pueblo de Dios.


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