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Lucas 20:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 Cuando aquellos hombres vieron que había llegado el hijo del dueño, se dijeron unos a otros: «Este muchacho es el heredero. Vamos a matarlo; y la herencia será nuestra».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 »Sin embargo, cuando los agricultores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad. ¡Matémoslo y nos quedaremos con la propiedad!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Pero los trabajadores, apenas lo vieron, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero, matémoslo y nos quedaremos con la propiedad'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pero al verlo, los labradores razonaron entre sí, diciendo: Éste es el heredero, matémoslo para que la herencia sea nuestra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Cuando los viñadores lo vieron, deliberaron entre sí, diciéndose unos a otros: 'Éste es el heredero; vamos a matarlo, para hacernos con la heredad'.

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Lucas 20:14
20 Referans Kwoze  

¡Pídeme lo que quieras! Te daré como herencia las naciones; ¡todo el mundo será tuyo!


Él me dirá: “Tú eres mi Padre y me proteges; eres mi Dios y salvador”.


Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos, y decían: «Seguramente dice eso porque no hemos traído pan».


Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño de la viña envió a unos sirvientes para pedir la parte de la cosecha que le correspondía.


Jesús iba al Templo todos los días para enseñar. Mientras tanto, los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes del pueblo planeaban cómo matarlo.


Finalmente, el dueño de la viña se puso a pensar: «¿Qué puedo hacer?». Y se dijo: «Ya sé; enviaré a mi hijo que tanto quiero. Estoy seguro de que a él sí lo respetarán».


Entonces agarraron al muchacho, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Jesús preguntó: —¿Qué pensáis que hará el dueño de la viña con aquellos hombres?


Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se dieron cuenta de que Jesús los estaba comparando con los hombres malvados que arrendaron la viña. Entonces quisieron apresar a Jesús en ese mismo instante, pero no se atrevieron porque tenían miedo del pueblo.


Ellos comenzaron a discutir y se decían unos a otros: «Si contestamos que fue Dios el que le dio autoridad a Juan, Jesús nos preguntará por qué no le creímos.


En esos días, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley buscaban la manera de matar a Jesús aunque tenían miedo a la gente.


Desde el principio, Dios ya había decidido que Jesús fuera entregado a sus enemigos. Pero fuisteis vosotros quienes lo entregasteis a los romanos para que lo mataran.


Fue así como matasteis a Jesús, el único que podía daros vida eterna. Pero Dios ha hecho que Jesús resucite, y de ello nosotros somos testigos.


Y como somos sus hijos, tenemos derecho a todo lo bueno que él ha preparado para nosotros. Todo eso lo compartiremos con Cristo. Y si ahora sufrimos como él sufrió, seguramente también compartiremos con él su gloria.


Pero ahora, en estos últimos tiempos, Dios nos lo ha comunicado por medio de su Hijo. Porque por medio de él Dios creó el universo y lo hizo dueño de todas las cosas.


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