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Lucas 1:17 - Biblia Lenguaje Básico

17 Llegará antes que el Mesías, con el mismo poder y el mismo espíritu que antes tuvo el profeta Elías. Su mensaje hará que los padres se reconcilien con sus hijos, y que los rebeldes se vuelvan obedientes para preparar así al Señor un pueblo que lo reciba como es debido.

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Biblia Reina Valera 1960

17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Será un hombre con el espíritu y el poder de Elías; preparará a la gente para la venida del Señor. Inclinará el corazón de los padres hacia los hijos y hará que los rebeldes acepten la sabiduría de los justos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 El mismo abrirá el camino al Señor con el espíritu y el poder del profeta Elías, reconciliará a padres e hijos y llevará a los rebeldes a la sabiduría de los buenos. De este modo preparará al Señor un pueblo bien dispuesto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 E irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos,° y los rebeldes a la prudencia de los justos; a preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes vuelvan a la sensatez de los rectos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto'.

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Lucas 1:17
38 Referans Kwoze  

Elías era un profeta de Tisbé, pueblo que estaba en la región de Galaad. Un día, Elías anunció a Ajab: —Juro por el Dios de Israel, a quien sirvo, que durante varios años no va a llover ni a caer rocío hasta que yo lo diga.


Elías le contestó: —No soy yo el que trae problemas sobre Israel, sino tú y tu familia. Porque vosotros habéis dejado de obedecer los mandamientos de Dios y adoráis las imágenes del dios Baal.


Cuando Elías se encontró con Ajab, este le dijo a Elías: —¡Vaya, de nuevo me encuentro contigo, enemigo mío! Elías le contestó: —Sí, así es. He salido a tu encuentro porque has ofendido a Dios con tu conducta.


Al llegar, Elías dijo al rey: —Dios no te va a sanar, sino que morirás por haber consultado a Baal Zebub, el dios de Ecrón, como si en Israel no hubiera Dios.


Dios de nuestros antepasados Abrahán, Isaac y Jacob: haz que tu pueblo tenga siempre esta manera de pensar y de sentir, y que te ame con todo el corazón.


Y como Dios había animado al pueblo para que todo se hiciera con rapidez, tanto Ezequías como el pueblo se llenaron de alegría.


Si alguien quiere ser sabio, que empiece por obedecer a Dios. Quienes lo hacen así demuestran inteligencia. ¡Dios merece ser siempre alabado!


Así no seremos rebeldes, como lo fueron nuestros padres: tan malvados eran sus pensamientos que Dios no podía confiar en ellos.


Los que se encontraban perdidos aprenderán a ser sabios; ¡hasta los más testarudos aceptarán mis enseñanzas!


Por todo eso, pueblo de Israel, ahora voy a castigaros; y como no podréis evitarlo, preparaos a encontraros conmigo que soy vuestro Dios.


Y queráis o no creedlo, cuando Dios dijo que enviaría al profeta Elías, se estaba refiriendo a Juan el Bautista.


Juan era la persona de quien hablaba el profeta Isaías cuando dijo: Alguien grita en el desierto: «Preparad el camino al Señor. ¡Abridle paso! ¡Que no encuentre estorbos!».


Juan se vestía con ropa hecha de pelo de camello y usaba un cinturón de cuero. Comía saltamontes y miel silvestre.


Este niño hará que muchos en Israel dejen de hacer el mal y se conviertan al Señor, su Dios.


Y tú, hijo mío, serás llamado: «Profeta del Dios altísimo». Tú irás delante del Mesías, preparando a la gente para su llegada.


Son hijos de Dios por voluntad divina, no por voluntad humana.


Ahora lo he visto, y os aseguro que él es el Hijo de Dios.


Vosotros mismos me escuchasteis decir claramente que yo no soy el Mesías, sino que fui enviado antes que él para prepararlo todo.


Enseguida envié a mis mensajeros, y tú has aceptado muy amablemente mi invitación. Todos estamos aquí, seguros de que Dios nos está viendo, listos para escuchar lo que el Señor te ha ordenado que nos digas.


Con ello demuestra su gran amor y poder para salvarnos. Desde un principio tuvo compasión de nosotros y nos eligió para vivir con él.


daréis gracias a Dios Padre que nos ha preparado para que recibamos, en su reino de luz, la herencia que ha prometido a los creyentes.


Algo parecido pasa con nosotros: si dejamos de hacer lo malo y nos olvidamos de las falsas enseñanzas, seremos como esos objetos que son muy especiales. Toda nuestra vida será útil a Dios, que es su dueño, y estaremos preparados para hacer toda clase de bien.


Pero vosotros «sois miembros escogidos de la familia de Dios, sois sacerdotes y reyes, sois su pueblo. Para que anunciarais su grandeza», Dios mismo os sacó de la oscuridad del pecado y os hizo entrar en su luz maravillosa.


Ahora, hijos míos, seguid unidos a Cristo. Así, cuando él regrese de nuevo, lo estaremos esperando confiadamente y no pasaremos por la vergüenza de ser apartados de él cuando tenga lugar su venida.


Luego vi unos tronos y a los que estaban sentados sobre esos tronos se les dio poder para juzgar. Y vi también los que habían sido asesinados por mantenerse fieles a la enseñanza de Jesús y al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado al monstruo ni a su estatua, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en las manos. Todos ellos volvieron a vivir y reinaron con el Mesías durante mil años.


Entonces Samuel les dijo: —Reunid en Mispá a todos los israelitas, y allí rogaré a Dios por vosotros.


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