Levítico 6:2 - Biblia Lenguaje Básico2-6 que diera las siguientes instrucciones a los sacerdotes: —Las ofrendas que se presentan para ser quemadas en mi honor deben quedarse toda la noche sobre el fuego del altar, hasta quemarse completamente. El sacerdote se pondrá su túnica y su ropa interior de lino, y luego de recoger las cenizas de la ofrenda quemada las depositará a un lado del altar. A continuación se cambiará de ropa y llevará las cenizas a un lugar especial fuera del campamento. Todas las mañanas, el sacerdote echará más leña al fuego, y sobre el fuego pondrá el animal que vaya a ser quemado en mi honor, junto con la grasa de los animales ofrecidos para pedirme salud y bienestar. El fuego del altar debe estar siempre encendido. Se trata de un fuego que nunca debe apagarse. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19602 Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo, Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente2 «Supongamos que uno de ustedes peca contra su socio y es infiel al Señor. Supongamos que comete una estafa en un trato que involucra un depósito en garantía, o roba, o comete fraude, Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)2 Da esta orden a Aarón y a sus hijos: Esta será la ley del holocausto, es decir de la víctima totalmente quemada. La dejarán en el altar durante todo la noche hasta el amanecer; el fuego del altar no se apagará. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion2 Si una persona peca y comete prevaricación contra YHVH, ya sea engañando a su prójimo en cuanto a depósito o prenda confiada en su mano, o por hurto, o por extorsión a su prójimo, Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19752 'Da a Aarón y a sus hijos la orden siguiente: ésta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre las brasas, encima del altar, toda la noche hasta la mañana. El fuego del altar se mantendrá siempre encendido. Gade chapit la |
—Si alguien, aunque sea sin darse cuenta, me ofende al no darme lo que me corresponde, deberá presentarme como ofrenda un carnero sin ningún defecto que ha de ser debidamente valorado según el precio oficial del santuario. El sacerdote me ofrecerá el carnero, y yo perdonaré al que me ofendió. Pero si lo prefiere, puede rescatar al carnero pagando una cantidad de dinero equivalente al valor que tenga el animal, más un veinte por ciento del precio según el valor de la moneda oficial del santuario. Cuando el carnero sea entregado al sacerdote, este lo presentará como ofrenda para pedir el perdón de aquel que ofendió a Dios, y será perdonado.