Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Levítico 5:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Si alguien es llamado a declarar como testigo en un juicio, y se niega a decir lo que vio o escuchó, comete un pecado y merece ser castigado.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Si te llaman a testificar sobre algo que hayas visto o que sepas, es pecado negarse a testificar, y serás castigado por tu pecado.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Lo que sigue vale para la persona que se encuentra culpable porque podía testificar respecto de algún crimen del que fue testigo ocular o del que supo y, sin embargo, al oír las palabras de la maldición contra quien no denunciara no quiso denunciar al culpable.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Si alguien es llamado a testificar por ser testigo de algo que vio o supo, y no lo denuncia, comete pecado y cargará con la culpa.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 'Si una persona peca porque, habiendo sido conjurada para declarar, y siendo ella testigo por haberlo visto o sabido, no lo denunció y ha incurrido, por consiguiente, en una falta;

Gade chapit la Kopi




Levítico 5:1
22 Referans Kwoze  

Pero el rey le dijo: —¿Cuántas veces voy a pedirte que me digas solo la verdad de parte de Dios?


Si alguien perjudica a otra persona, y delante del altar de este Templo jura que no lo hizo,


Pero el rey le dijo: —¿Cuántas veces voy a pedirte que me digas solo la verdad de parte de Dios?


Tan grande ha sido tu disgusto que tengo enfermo todo el cuerpo; tan grande ha sido mi pecado que no tengo sano un solo hueso.


Pero, si esa persona estaba presente cuando el animal fue robado, tendrá que pagar al dueño lo que vale el animal.


Si te juntas con ladrones, no aprecias en nada tu vida; pues cuando te enteras de un delito, no lo denuncias.


Porque si llego a ser rico, tal vez me olvide de ti y hasta me atreva a decir que no te conozco. Y si vivo en la pobreza, puedo llegar a robar y así ofender a mi Dios.


Después de tanto sufrimiento, mi Siervo verá la luz y su conocimiento hará justos a muchos al cargar con sus pecados. Por eso le daré un puesto entre los grandes, un lugar entre los poderosos, ya que no dudó en afrontar la muerte, aceptando ser considerado criminal, para así cargar con las culpas de muchos y poder interceder por los culpables.


Los habitantes de este país son gente malvada; no saben lo que es ser fieles, ¡no saben hacer lo bueno, solo cometen injusticias! Por eso la tierra está bajo maldición: los pastos se han secado, y la tierra es un desierto.


Ni el hijo tiene que ser castigado por los pecados del padre, ni el padre tiene que ser castigado por los pecados del hijo. Solo morirá la persona que peque. Quien haga lo bueno recibirá lo que merecen sus buenas acciones; quien haga lo malo recibirá lo que merece su maldad».


La vida de todo ser humano me pertenece, tanto la de los padres como la de los hijos. Solo morirá aquel que peque.


Si no cumple estas normas, cargará con las consecuencias de su pecado.


y deberá asumir las consecuencias de su pecado; ha profanado algo que es sagrado para mí y por tanto deberá ser expulsado del pueblo.


Si alguien tiene relaciones sexuales con su hermana, comete un acto aborrecible, y deberá responder por su maldad en presencia de todo el pueblo; los dos serán expulsados de la comunidad.


que diera a los israelitas las siguientes instrucciones: —Cuando alguien me desobedezca sin querer, se deberá hacer lo siguiente: Si el que me ha desobedecido es el jefe de los sacerdotes, todo el pueblo compartirá la culpa. Para que yo lo perdone, el jefe de los sacerdotes deberá ofrecerme un ternero sin defecto. Lo llevará a la entrada de la Tienda del encuentro, pondrá sus manos sobre la cabeza del animal y lo degollará en mi altar. Luego tomará la sangre del ternero y la llevará al interior de la Tienda del encuentro, mojará su dedo en la sangre y salpicará siete veces en dirección a la cortina que está delante del Lugar Santísimo. Enseguida el jefe de los sacerdotes pondrá un poco de la sangre en los salientes del altar del incienso aromático, y el resto de la sangre lo derramará sobre la base del altar que está a la entrada de la Tienda del encuentro. Luego le quitará al animal todas las partes internas, tal como se hace con el animal que se ofrece para pedir salud y bienestar, y las quemará sobre el altar. El resto del ternero, es decir, la piel y toda la carne, la cabeza, las patas, los intestinos y los excrementos, lo sacará del campamento y lo quemará todo en el lugar destinado para echar las cenizas.


—Si alguien, aunque sea sin darse cuenta, me ofende al no darme lo que me corresponde, deberá presentarme como ofrenda un carnero sin ningún defecto que ha de ser debidamente valorado según el precio oficial del santuario. El sacerdote me ofrecerá el carnero, y yo perdonaré al que me ofendió. Pero si lo prefiere, puede rescatar al carnero pagando una cantidad de dinero equivalente al valor que tenga el animal, más un veinte por ciento del precio según el valor de la moneda oficial del santuario. Cuando el carnero sea entregado al sacerdote, este lo presentará como ofrenda para pedir el perdón de aquel que ofendió a Dios, y será perdonado.


Si alguien, aunque sea sin darse cuenta, hace algo prohibido por mi ley, comete un pecado y tendrá que presentarme una ofrenda.


Si al tercer día alguien come de esa carne, esa persona cometerá pecado. Además, yo no aceptaré esa ofrenda, ni la tomaré en cuenta, pues la consideraré despreciable.


Pero la persona que sin razón alguna no celebre la fiesta de la Pascua ni presente su ofrenda en ese día será castigada y eliminada de su pueblo. No la dejaréis vivir entre vosotros, sino que tendréis que eliminarla.


Pero Jesús no respondió nada. Entonces el jefe de los sacerdotes le dijo: —Te lo pido en el nombre del Dios que vive para siempre: ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios?


Cristo hizo suyos nuestros pecados y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de pecar y vivamos para hacer el bien. Cristo fue herido para que vosotros fuerais sanados.


Un día, le dijo a su madre: —Te he oído maldecir al ladrón que te robó más de mil monedas de plata. Pero en realidad fui yo quien te las quitó. Aquí las tienes. Y devolvió a su madre las monedas de plata. Su madre le dijo: —¡Dios te bendiga, hijo mío! Ahora aparto este dinero para Dios. Con él voy a mandar hacer para ti una imagen de madera recubierta de plata.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite