15 Y los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro delante de Jehová, y en presencia de Jehová degollarán aquel becerro.
15 Seguidamente los ancianos de la asamblea apoyarán sus manos sobre la cabeza del novillo, en presencia de YHVH, y uno° degollará el novillo en presencia de YHVH.
Como el rey les había ordenado que presentaran la ofrenda para el perdón del pecado de todo el pueblo, los sacerdotes tomaron los cabritos y los llevaron ante el rey y la comunidad, y pusieron las manos sobre ellos. A continuación los sacerdotes sacrificaron a los cabritos y derramaron su sangre sobre el altar.
Dios dijo a Moisés: —Quiero que subas al monte, para hablar conmigo. Podrán acompañarte Aarón, Nadab, Abihú y setenta jefes israelitas. Pero no quiero que ninguno de ellos se acerque adonde yo estoy. Solo tú podrás acercarte a mí. Cuando lleguéis, quiero que os pongáis de rodillas a cierta distancia. Aparte de ellos, nadie más del pueblo debe subir.
y allí pondrá su mano sobre la cabeza del ternero y lo degollará en mi presencia. Así, yo recibiré su ofrenda con agrado y le perdonaré sus pecados. Luego los sacerdotes me presentarán la sangre del ternero y rociarán con ella los cuatro costados del altar.
Pondrá sus dos manos sobre la cabeza del animal y confesará sobre él todos los pecados de los israelitas, y así cargará sobre la cabeza del chivo los pecados del pueblo. Luego el chivo será llevado al desierto por una persona encargada para ello.
Moisés mandó que trajeran el carnero para la ofrenda que debe quemarse por completo en honor de Dios. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, y luego Moisés lo degolló. A continuación, roció con su sangre los cuatro lados del altar,
Moisés mandó que trajeran el otro carnero para la ofrenda de consagración. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, y luego Moisés lo degolló. Después mojó su dedo con la sangre y untó con ella la oreja derecha de Aarón, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho.
Dios respondió a Moisés: —Escoge de entre el pueblo a setenta hombres de los más importantes de Israel, que tú sepas que son muy respetados. Llévalos a la Tienda del encuentro, y que esperen allí.
Dios bajó en la nube y habló con Moisés; luego hizo lo que había prometido: puso en aquellos setenta hombres respetables parte del espíritu que había en Moisés, y ellos empezaron a comunicar mensajes de parte de Dios. Esto sucedió una sola vez.
Allí estarán Aarón y sus descendientes, como representantes del pueblo. Aarón los consagrará a mi servicio de la siguiente manera: Los israelitas pondrán sus manos sobre la cabeza de los descendientes de Leví. Luego, ellos pondrán sus manos sobre la cabeza de los dos novillos. Uno de ellos lo sacrificarás como ofrenda por el pecado, y el otro lo quemarás completamente en mi honor. Pondrás luego a los descendientes de Leví delante de Aarón y de sus hijos, y celebrarás el rito de presentación para dedicármelos. Los israelitas de la tribu de Leví serán míos, porque los demás israelitas me los entregarán en lugar de sus primogénitos. Cuando maté al hijo mayor de cada familia egipcia, decidí que todos los primogénitos de los israelitas serían míos, incluyendo a las primeras crías de sus animales. Pero a cambio de los primogénitos de los israelitas y de las primeras crías de sus ganados, pedí que me fueran entregados los descendientes de Leví. Así pues, separarás a los descendientes de Leví de entre los demás israelitas, para que vivan siempre a mi servicio dentro de la Tienda del encuentro, una vez que los hayas purificado y me los hayas ofrecido mediante el rito de presentación.