Levítico 11:1 - Biblia Lenguaje Básico

¹ Dios ordenó a Moisés y a Aarón

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹ Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles:

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Luego el Señor les dijo a Moisés y a Aarón:

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Yavé habló a Moisés y a Aarón, diciéndoles:

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Habló YHVH a Moisés y a Aarón, diciéndoles:

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Habló Yahveh a Moisés y a Aarón, y les dijo:

Levítico 11:1 Referans Kwoze

Génesis 7:2

De todos los animales y aves válidos para que me puedan ser ofrecidos, llévate contigo siete parejas, es decir, siete machos y siete hembras, para que se conserve su especie sobre la tierra. De los animales que no sirven como ofrenda, llévate solo una pareja.

Génesis 8:20

A continuación, Noé construyó un altar para adorar a Dios. Tomó entonces algunos de los animales y aves válidos para ser ofrecidos a Dios en sacrificio, y en su honor los quemó sobre el altar.

Génesis 9:3

Yo os entrego todo lo que tiene vida, y todas las plantas verdes, para que os sirvan de alimento.

Levítico 10:20

Al oír Moisés la respuesta de Aarón, se dio por satisfecho.

Levítico 11:2

que dieran a los israelitas las siguientes instrucciones: —Podréis comer la carne de cualquier animal

Levítico 15:1

Dios ordenó a Moisés y a Aarón

Levítico 20:25

Y recordad también que debéis distinguir entre los animales puros y los impuros para que no os contaminéis con ningún animal, ave o reptil que se arrastra sobre el suelo y que yo os he señalado como impuros.

Hechos 10:14

Pedro respondió: —¡No, Señor, de ninguna manera! Son animales cuya carne es profana e impura, y yo jamás he comido nada que esté prohibido.

Deuteronomio 14:4

Por consiguiente, podéis comer de los siguientes animales: toros, corderos, cabritos,

Hebreos 13:9

Por eso, no hagáis caso de enseñanzas extrañas que no tienen nada que ver con lo que Jesucristo nos enseñó. Esas reglas acerca de lo que se debe comer y de lo que no se debe comer, nunca han ayudado a nadie. Lo verdaderamente importante es que Dios nos fortalezca con su gracia.