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Jueces 2:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 El ángel de Dios salió de Guilgal y fue a Bokín para darles a los israelitas el siguiente mensaje de parte de Dios: —Yo os saqué de Egipto y os traje al territorio que había prometido a vuestros antepasados. Y os dije: «Nunca romperé mi pacto con vosotros;

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Biblia Reina Valera 1960

1 El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El ángel del Señor subió de Gilgal a Boquim y dijo a los israelitas: «Yo los saqué de Egipto y los traje a esta tierra que juré dar a sus antepasados, y dije que nunca rompería mi pacto con ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El ángel de Yavé subió de Guilgal a Boquim. 'Los he hecho subir de Egipto, dijo, y los he traído a este país que prometí con juramento a sus padres. Yo había dicho: No romperé nunca mi alianza con ustedes,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 El ángel de YHVH subió entonces de Gilgal a Bojim, y dijo: Yo os hice subir de Egipto, y os introduje a la tierra que tenía jurada a vuestros padres y dije: No quebrantaré mi pacto con vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Subió el ángel de Yahveh de Guilgal a Bojín, y dijo: 'Yo os saqué de Egipto y os introduje en la tierra que había prometido bajo juramento a vuestros padres'. Yo dije: 'Jamás quebrantaré mi alianza con vosotros;

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Jueces 2:1
41 Referans Kwoze  

Allí Dios se le apareció y le dijo: —Toda esta región se la daré a tus descendientes. Como Dios se le apareció allí, Abrán le construyó en aquel lugar un altar.


En vista de esto, Agar invocó a Dios llamándolo El Roí —es decir, el Dios que todo lo ve— diciendo: «¿Será verdad que he visto al que me ve?».


También ha enviado a su ángel para librarme de muchos peligros. Yo le pido que bendiga a estos dos muchachos. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre, el de mi abuelo Abrahán y el de mi padre Isaac. Que su descendencia se multiplique sobre la tierra.


Sin embargo no dejaré de amar a David, no apartaré de él mi fidelidad.


Entonces los israelitas avanzaron en dirección al mar. Mientras tanto, el ángel de Dios, que iba delante de ellos, fue y se colocó detrás, situándose entre los israelitas y los egipcios. Lo mismo hizo la nube en forma de columna que marchaba delante de los israelitas


—Yo soy tu Dios; yo te saqué de Egipto, donde eras esclavo.


Dios también les dijo: Yo enviaré a mi ángel para que te proteja y te guíe en el camino que habrás de seguir para llegar al lugar que te he preparado.


Dios le contestó: —Yo mismo voy a acompañarte y te guiaré al lugar donde encontrarás descanso.


Demuestra que eres fiel y no nos rechaces. ¡Cumple el pacto que hiciste con nosotros y no deshonres tu trono!


Yo recordaré el pacto que hice con Abrahán, Isaac y Jacob, y bendeciré esta tierra,


Sin embargo, aunque estéis en un país enemigo, yo no os destruiré por completo. Mi ira no llega a tanto. Yo soy vuestro Dios y mantendré el pacto que hice con vuestros antepasados, cuando os saqué de Egipto para ser vuestro Dios a la vista de todas las naciones. Porque yo soy el Dios de Israel.


Después tomé la vara llamada «Bondad» y la rompí. Con eso di a entender a los que estaban allí que Dios había roto su pacto con todas las naciones.


Pues mirad —dice el Dios todopoderoso—, yo voy a enviar un mensajero para que me prepare el camino. Es el mensajero del pacto a quien vosotros buscáis y deseáis, y que llegará a mi Templo cuando menos lo esperéis. Mi mensajero ya viene. Pero, cuando llegue, nadie va a poder resistir su presencia. ¡Ese día nadie va a poder mantenerse en pie! Mi mensajero es como el fuego que purifica los metales; es como el jabón que limpia la suciedad.


Así aprenderéis lo terrible que es enfrentaros a mí. Os juro que así lo haré. Vosotros explorasteis el territorio durante cuarenta días; pues bien, yo os castigaré un año por cada día. Cuarenta años andaréis vagando por el desierto, hasta que el último de vuestros cadáveres quede totalmente consumido.


Id y conquistad ese territorio, pues yo juré dárselo a Abrahán, Isaac y Jacob. También juré que os lo daría a vosotros que sois sus descendientes. Moisés siguió diciendo:


Por eso debéis reconocer que nuestro Dios, es el Dios verdadero. Nuestro Dios cumple su pacto con todos los descendientes de quienes lo aman y obedecen sus mandamientos,


—Dios nos ha prometido que, a medida que avancemos, él irá desalojando a todos los habitantes de Canaán.


Lo que vuestro dios Quemós os ha dado es vuestro, y lo que nuestro Dios nos ha dado es nuestro.


En ese tiempo vivía en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manóaj. Su mujer no podía tener hijos,


pero un día se le apareció un ángel que le dijo: —Aunque no has podido tener hijos, porque eres estéril, ahora vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo.


Por eso llamaron Bokín a ese lugar; después ofrecieron allí sacrificios a Dios.


y Dios les envió un profeta que les dijo: —El Dios de Israel os sacó de Egipto, donde erais esclavos.


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