20 Entonces el anciano le dijo: —¡Pero no podéis pasar la noche en la plaza! ¡En mi casa seréis bienvenidos! ¡Yo os proporcionaré todo lo que necesitéis!
Al verlos, David salió a su encuentro y les dijo: —Si vuestras intenciones son buenas y venís para ayudarme, acepto de todo corazón que os unáis a mi tropa; pero si lo que queréis es traicionarme y entregarme a mis enemigos, siendo así que yo no soy ningún criminal, que el Dios de nuestros antepasados lo vea y os castigue.