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Jueces 13:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 pero un día se le apareció un ángel que le dijo: —Aunque no has podido tener hijos, porque eres estéril, ahora vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo.

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Biblia Reina Valera 1960

3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa y le dijo: «Aunque no has podido tener hijos, pronto quedarás embarazada y darás a luz un hijo varón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El ángel de Yavé se apareció a la mujer y le dijo: 'Hasta ahora has sido estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y darás a luz un hijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero el ángel de YHVH se apareció a aquella mujer y le dijo: He aquí que eres estéril y no has tenido descendencia, pero concebirás y darás a luz un hijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Se le apareció a esta mujer el ángel de Yahveh y le dijo: 'Mira, eres estéril y nunca has dado a luz, pero vas a concebir y darás a luz un hijo.

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Jueces 13:3
16 Referans Kwoze  

La voy a bendecir para que te dé un hijo; de sus descendientes se formarán muchas naciones y algunos de ellos serán reyes.


Uno de ellos le dijo: —El año que viene volveré a visitarte, y para entonces tu mujer ya será madre de un hijo. Sara estaba a la entrada de la tienda, detrás de Abrahán, escuchando lo que decían.


¿Hay algo que yo no pueda hacer? El año que viene, por estos días, volveré a visitarte, y para entonces Sara ya será madre.


Eliseo le dijo: —El próximo año, por estas fechas, llevarás en tus brazos un hijo tuyo. La mujer respondió: —Tú eres un profeta de Dios y yo soy tu servidora. No me mientas, por favor.


De pronto, un ángel de Dios se le apareció a Zacarías al lado derecho del altar.


Pero el ángel le dijo: —¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha escuchado tus oraciones. Tu mujer Elisabet tendrá un hijo, y lo llamarás Juan.


ella fue corriendo a llamarlo: —¡Manóaj! ¡Manóaj! ¡Aquí está el hombre que vi el otro día!


Sin saber que aquel hombre era un ángel de Dios, Manóaj le dijo: —Quédate a comer con nosotros. Vamos a prepararte un cabrito. Pero el ángel le contestó: —Aunque me quedara, no podría comer vuestra comida. Si queréis, podéis ofrecérsela a Dios como sacrificio.


La mujer fue a contárselo a su marido: —Un hombre de Dios vino a verme, y me impresionó tanto que no me atreví a preguntarle cómo se llamaba, ni él me dijo de dónde venía. Su aspecto era como el de un ángel.


Entonces Manóaj rogó a Dios: —¡Dios mío, que venga otra vez ese hombre que mandaste! ¡Que nos enseñe lo que debemos hacer con el hijo que nacerá!


El ángel de Dios salió de Guilgal y fue a Bokín para darles a los israelitas el siguiente mensaje de parte de Dios: —Yo os saqué de Egipto y os traje al territorio que había prometido a vuestros antepasados. Y os dije: «Nunca romperé mi pacto con vosotros;


Entonces Dios miró a Gedeón y le dijo: —Pues es tu fuerza la que va a salvar a Israel del poder de los madianitas. Para ello cuentas con mi apoyo.


que Ana quedara embarazada. Cuando nació el niño, Ana le puso por nombre Samuel, porque —dijo— «a Dios se lo pedí».


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