28 Por eso les dijo: —Sabréis quién es en realidad el Hijo del hombre cuando me colguéis de una cruz. También sabréis que no hago nada por mi propia cuenta, sino que solo digo lo que mi Padre me ha enseñado.
28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
28 Por eso Jesús dijo: «Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre en la cruz, entonces comprenderán que Yo Soy. Yo no hago nada por mi cuenta, sino que digo únicamente lo que el Padre me enseñó.
28 Y añadió: 'Cuando levanten en alto al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que sólo digo lo que el Padre me ha enseñado.
28 Entonces Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces comprenderéis que Yo soy, y que nada hago de mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, esto hablo.
28 Jesús añadió: 'Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, entonces conoceréis que yo soy el que soy y que nada hago por mi cuenta, sino que, conforme a lo que el Padre me enseñó, así hablo.
Dios le contestó: —Diles que soy el Dios eterno, y que me llamo Yo soy. Diles a todos que yo soy el Dios de vuestros antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Así que ve a Egipto y reúne a los jefes de Israel. Cuéntales que yo, su Dios, me he aparecido a ti, y que sé muy bien cómo están sufriendo en Egipto.
Jesús les respondió: —¡Cuidado! No os dejéis engañar. Muchos vendrán y se harán pasar por mí, diciendo a la gente: «Yo soy el Mesías» o «Ya ha llegado la hora». Pero no les hagáis caso.
Jesús les dijo: —Os aseguro que yo, que soy el Hijo de Dios, no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Solo hago lo que veo que hace Dios que es mi Padre.
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Mi Padre me envió y él me dice cómo debo juzgar a las personas. Por eso yo juzgo correctamente, porque no hago lo que yo quiero, sino lo que quiere el Padre que me envió.
Sin embargo, cuando escucharon el mensaje que anunciaban los apóstoles, muchos creyeron en Jesús hasta el punto de que el grupo de los seguidores de Jesús alcanzó el número de cinco mil personas.