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Juan 5:44 - Biblia Lenguaje Básico

44 ¡Cómo vais a creerme, si solo os gusta que hablen bien de vosotros, y no buscáis el honor que viene del Dios único!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 ¡Con razón les cuesta creer! Pues a ustedes les encanta honrarse unos a otros, pero no les importa la honra que proviene del único que es Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 Mientras hacen caso de las alabanzas que se dan unos a otros y no buscan la gloria que viene del Unico Dios, ¿cómo podrán creer?

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 ¿Cómo podéis creer, vosotros que recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que sólo de Dios viene?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 ¿Cómo vais a poder creer vosotros, que andáis aceptando gloria unos de otros, pero no buscáis la que viene del Dios único?

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Juan 5:44
26 Referans Kwoze  

Sin embargo, Dios le dijo: «Haces bien en querer construirme una casa,


Nadie puede cambiar el color de su piel, ni puede el leopardo quitarse sus manchas; ¡pues tampoco vosotros podéis hacer lo bueno, acostumbrados como estáis a hacer lo malo!


Todo lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de las Escrituras y las guardan en cajitas de cuero o se las atan en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y ponen a su ropa flecos más anchos que los demás.


El rey le dijo: «¡Excelente!, eres un empleado bueno. Ya que has administrado muy bien lo poco que te di, te nombro gobernador de diez ciudades».


Ellos preferían quedar bien con la gente y no con Dios.


Y esta vida eterna consiste en que te conozcan a ti que eres el único Dios verdadero, y a mí, que soy el Mesías que tú enviaste al mundo.


Todos los que hacen el mal odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo.


Yo no busco que la gente hable bien de mí.


Vosotros no podéis entender lo que os digo, porque sois incapaces de escuchar mi mensaje.


A los que hayan hecho el bien, Dios les dará un lugar muy especial, y también honor y paz; en primer lugar, a los judíos, pero también a los que no son judíos.


Los verdaderos judíos lo son por sus valores espirituales internos y no por cumplir la pura letra de la ley; y cuando son alabados, es Dios quien los alaba y no la gente.


a los que hicieron lo bueno esperando recibir de parte de Dios reconocimiento, les dará honor y vida eterna, dejándolos vivir para siempre con él.


Por eso, no culpéis a nadie antes de que Jesucristo vuelva. Cuando él venga, dará a conocer todo lo que está oculto y todo lo que piensa cada uno de nosotros. Entonces Dios nos dará a cada uno el premio que merezcamos.


La persona que merece aplausos no es la que habla bien de sí misma, sino aquella de quien el Señor habla bien.


y no hagáis nada por orgullo o por rivalidad. Al contrario, haced todo con humildad y considerad a los demás mejores que vosotros mismos.


Nunca hemos buscado que ni vosotros ni otras personas, nos tratéis como a gente importante.


¡Alabemos y honremos siempre al Rey eterno, al Dios único e invisible, que vive por siempre! Amén.


¡Cuidado, hermanos! No hagáis el mal, ni dejéis de creer en el Dios que vive para siempre, apartándoos de él.


Hermanos míos, tenéis fe en nuestro poderoso Señor Jesucristo, así que no debéis tratar a unas personas mejor que a otras.


La fe que tenéis en Dios es como el oro: igual que la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la fe que tenéis en Dios se pone a prueba con los problemas. Si pasáis la prueba, vuestra fe será más valiosa que el oro, pues el oro, aunque haya superado la prueba del fuego, se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la fe que tenéis en Dios, porque una fe que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada.


Al Dios único, que es nuestro Salvador, corresponde la gloria, la majestad, el poder y la autoridad. Así se lo reconocemos por medio de Jesucristo, el Señor, ahora y por siempre. Amén.


Saúl le rogó: —Reconozco mi pecado pero, por favor, ¡trátame como rey delante de los jefes del pueblo y de toda la gente! ¡Ven conmigo y rindamos culto a Dios!


Yo prometí a tu familia y a tus antepasados que siempre serían mis sacerdotes. Pero ya no será así. Yo aprecio a los que me aprecian, pero desprecio a los que me desprecian.


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