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Juan 5:39 - Biblia Lenguaje Básico

39 Estudiáis las Escrituras con mucho cuidado porque creéis que contienen vida eterna. Sin embargo, a pesar de que las Escrituras dan testimonio en mi favor,

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Biblia Reina Valera 1960

39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 »Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Ustedes escudriñan las Escrituras pensando que encontrarán en ellas la vida eterna, y justamente ellas dan testimonio de mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Escudriñáis° las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de mí.

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Juan 5:39
51 Referans Kwoze  

Felices quienes aman su palabra y la estudian día y noche.


Es tan saludable como la lluvia que cae en el monte Hermón y baja hasta el monte de Jerusalén. A quienes viven allí, Dios los bendice con una larga vida.


Tú me enseñas el camino que lleva a la vida. ¡En tu presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!


Sales a su encuentro con ricas bendiciones; le pones en la cabeza una corona de oro fino.


Con la abundante comida de tu casa nos dejas satisfechos; en tu río de bendiciones apagas nuestra sed.


Los mandatos y las enseñanzas son como una lámpara encendida; la corrección y la disciplina te mostrarán cómo debes vivir;


Estudiad el libro de Dios y leed lo que allí dice: De todos estos animales no faltará uno solo; todos tendrán su pareja porque así lo ha decidido Dios; él los ha reunido a todos con el soplo de su aliento.


Esos sabios quedarán avergonzados, confundidos y atrapados. De sabios no tienen nada, pues han rechazado mis enseñanzas.


Ese día volverán a vivir muchos de los que ya han muerto: unos para vivir para siempre, otros para sufrir eternamente la vergüenza y el horror.


Jesús contestó: —Estáis muy equivocados. Ni sabéis lo que dicen las Escrituras, ni conocéis el poder de Dios.


Jesús les respondió: —¿Qué os mandó Moisés?


¿No recordáis lo que dicen las Escrituras?: «La piedra despreciada por los constructores ahora es la más importante.


Pero Abrahán le contestó: «Tus hermanos ya tienen las Escrituras. ¿Por qué no las leen?».


Abrahán le dijo: «Si no hacen caso a lo que dicen Moisés y los profetas, tampoco harán caso a un muerto que resucite».


Jesús les dijo: —¿Tan torpes sois que no podéis entender? ¿Por qué sois tan lentos para creer todo lo que enseñaron los profetas?


Luego Jesús les explicó todo lo que las Escrituras decían acerca de él. Empezó con los libros de la ley de Moisés y siguió con los libros de los profetas.


Después les dijo: —Recordad lo que os anticipé cuando estaba con vosotros; que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en los libros de la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.


Luego Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo: —Hemos encontrado a aquel de quien Moisés escribió en las Escrituras, y del que también hablan los profetas. Es Jesús, natural de Nazaret e hijo de José.


Pero es otro, el Padre, quien habla en mi favor, y yo sé que lo que él dice de mí es la pura verdad.


Pero yo tengo a mi favor un testimonio más importante que el de Juan, que es el del Padre que me ha enviado y las obras que él me ha encargado realizar; son precisamente esas obras las que prueban que el Padre me ha enviado.


vosotros no queréis creerme para así tener vida eterna.


Porque si creyerais a Moisés, también me creeríais a mí, ya que él escribió acerca de mí.


Ellos le respondieron: —¿También tú crees que de Galilea puede salir algo bueno? Estudia las Escrituras y verás que ningún profeta ha venido de allí.


Sabemos que los habitantes de Jerusalén y sus líderes no se dieron cuenta de quién era Jesús. Así que lo condenaron a muerte y, al hacerlo, cumplieron sin saberlo las palabras de los profetas que se leen todos los sábados en la sinagoga.


Los judíos que vivían en esa ciudad eran más acogedores que los judíos de Tesalónica. Escucharon muy contentos la buena noticia acerca de Jesús, y todos los días leían las Escrituras para ver si lo que les enseñaban era cierto.


Luego, Pablo se dirigió al rey Agripa y le dijo: —Rey Agripa, ¿aceptas lo que dijeron los profetas en las Escrituras? Yo sé que sí lo aceptas.


Dios había prometido enviarnos a su Hijo. Así lo habían anunciado sus profetas en las Escrituras. Esa buena noticia nos dice que su Hijo Jesucristo vino al mundo como descendiente del rey David. Jesucristo murió, pero Dios lo resucitó por el poder de su Espíritu, y con eso demostró que Jesucristo es el Hijo poderoso de Dios.


¡Claro que sí! Porque el mensaje de Dios se les dio a los judíos antes que a nadie.


Vuestro Dios escogerá de entre vosotros a un hombre, que será profeta como yo y al que deberéis escuchar.


y por eso decidió elegir entre vosotros a un profeta como yo. Él os comunicará lo que Dios quiere deciros y os transmitirá las órdenes de Dios.


Lo que os digo es muy importante. Si obedecéis, viviréis muchos años en la tierra que ahora vais a conquistar, y que está al otro lado del río Jordán.


Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene vuestras vidas para que os corrijáis y os enseñéis unos a otros de manera inteligente. Cantad salmos, himnos y cantos espirituales, dando gracias a Dios de todo corazón.


Lo que desean es tener una patria mejor en el cielo. Por eso Dios les ha preparado una ciudad y no tiene vergüenza de que le llamen su Dios.


Y hasta hubo mujeres que recobraron con vida a sus familiares muertos. Hubo también quienes no quisieron que los dejaran en libertad. Al contrario, dejaron que los torturaran hasta morir, porque sabían que volverían a vivir y así estarían mucho mejor.


Nunca dejes de leer el libro de la Ley; estúdialo de día y de noche; y ponlo en práctica, para que tengas éxito en todo lo que hagas.


Entonces me arrodillé a los pies del ángel para adorarle, pero él me dijo: —¡No lo hagas! Solo a Dios debes adorar, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos tus hermanos, los que siguen dando testimonio de Jesús. Porque dar testimonio de Jesús es lo mismo que anunciar su mensaje.


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