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Juan 5:25 - Biblia Lenguaje Básico

25 Os aseguro también que está llegando el momento, mejor dicho, ya ha llegado, en que los que han muerto oirán mi voz, la voz del Hijo de Dios, y quienes la oigan tendrán vida eterna.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 »Y les aseguro que se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los muertos oirán mi voz, la voz del Hijo de Dios, y los que escuchen, vivirán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Sepan que viene la hora, y ya estamos en ella, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen vivirán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 De cierto, de cierto os digo, que llega la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 De verdad os aseguro: llega la hora, y es ésta, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que la escuchen vivirán.

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Juan 5:25
19 Referans Kwoze  

porque mi hijo ha regresado! Estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado». Y comenzó la fiesta.


¿Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano? Es como si hubiera muerto y vuelto a vivir; como si se hubiera perdido y lo hubiéramos encontrado».


Jesús le dijo: —Lo importante es que tú vayas ahora mismo a anunciar el reino de Dios. ¡Deja que los muertos entierren a sus muertos!


Faltaba muy poco para que empezara la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que se acercaba el momento de dejar este mundo para ir a reunirse con Dios, su Padre. Él siempre había amado a sus seguidores que estaban en el mundo, pero ahora llevó su amor hasta el fin.


Una vez que Jesús dijo esto, miró al cielo y dijo: —Padre mío, ha llegado el momento de que muestres tu poder en mí que soy tu Hijo. De este modo yo, que soy tu Hijo, mostraré también tu poder.


Jesús le contestó: —Créeme, mujer, pronto llegará el tiempo cuando nadie tendrá que venir a este monte ni ir a Jerusalén para adorar a Dios.


Dios es espíritu, y los que lo adoran deben ser guiados por el Espíritu para que lo adoren como es debido. Se acerca el tiempo, mejor dicho, ya está aquí, en que los que rindan al Padre un culto verdadero, lo harán guiados por el Espíritu y la verdad, porque es así como el Padre quiere ser adorado.


Porque así como mi Padre resucita a los muertos haciendo que vuelvan a vivir, así también yo doy vida a quien quiero.


No os sorprendáis de lo que os digo, porque va a llegar el momento en que los muertos oirán mi voz


Cuando muchos de los que seguían a Jesús le oyeron enseñar esto, dijeron: —Esta enseñanza es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede admitirla?


Vosotros no podéis entender lo que os digo, porque sois incapaces de escuchar mi mensaje.


Los hijos de Dios escuchan con atención todo lo que él dice. Vosotros, en cambio, como no sois sus hijos, no le hacéis caso.


Él les contestó: —Ya os he dicho lo que hizo, pero no me hacéis caso. ¿Para qué queréis que os repita lo mismo? ¿Es que también vosotros queréis haceros sus seguidores?


Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios Padre lo resucitó con gran poder.


Antes, vosotros estabais muertos para Dios, pues hacíais el mal y vivíais en pecado.


Por eso, aunque estábamos muertos por culpa de nuestros pecados, él nos dio vida al resucitar a Cristo. Por pura gracia de Dios habéis sido salvados.


Por eso alguien ha dicho: «¡Despiértate, tú que duermes! Levántate de entre los muertos y Cristo te alumbrará».


Antes, vosotros estabais muertos, pues erais pecadores y no formabais parte del pueblo de Dios. Pero ahora Dios os ha dado vida con Cristo, y os ha perdonado todos vuestros pecados.


Escribe al ángel de la iglesia de Sardes: Yo tengo los siete espíritus de Dios y las siete estrellas. Escucha lo que te voy a decir: —Estoy enterado de todo lo que haces y aunque tienes fama de serme fiel, la verdad es que no lo eres.


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