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Juan 4:48 - Biblia Lenguaje Básico

48 Jesús le contestó: —Solo creéis en Dios si veis señales y milagros.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

48 Jesús le preguntó: —¿Acaso nunca van a creer en mí a menos que vean señales milagrosas y maravillas?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

48 Jesús le dio esta respuesta: 'Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

48 Jesús le dijo: Si no veis señales y prodigios, de ningún modo creéis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

48 Entonces le dijo Jesús: 'Como no veáis señales y prodigios, nunca jamás creeréis'.

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Juan 4:48
29 Referans Kwoze  

tuve un sueño. Lo que vi en el sueño mientras dormía me asustó mucho y me llenó de preocupación.


ordeno a los habitantes de mi reino que adoren y obedezcan al Dios de Daniel. Es un Dios que vive para siempre, un Dios cuyo reino nadie puede destruir y cuyo imperio dura por siempre.


y le dijo a Moisés: —¿Hasta cuándo este pueblo me seguirá ofendiendo? ¿Hasta cuándo seguirá sin creer en mí a pesar de los milagros que he hecho delante de ellos?


Algunos de los fariseos y de los saduceos se acercaron a Jesús para ponerle una trampa, y le dijeron: —Queremos que nos hagas un milagro.


Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Incluso, si pueden, engañarán a los que Dios ha elegido.


—Ha salvado a otros, pero no puede salvarse a sí mismo. Dice que es el rey de Israel. ¡Pues que baje de la cruz y creeremos en él!


Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Si pueden, engañarán incluso a los que Dios ha elegido para seguirle.


Jesús les dijo: —He visto que Satanás caía del cielo como un rayo.


Abrahán le dijo: «Si no hacen caso a lo que dicen Moisés y los profetas, tampoco harán caso a un muerto que resucite».


Jesús había hecho muchos milagros delante de aquella gente, pero aun así nadie creía en él.


Como tampoco serían culpables de sus pecados si yo no hubiera realizado ante ellos cosas que nadie más ha realizado; pero ahora han visto esas obras y, a pesar de ello, siguen odiándonos a mí y a mi Padre.


Luego, los judíos preguntaron a Jesús: —¿Qué señal vas a darnos que nos demuestre que tienes derecho a hacer esto?


Jesús le dijo: —¿Has creído porque me has visto? ¡Felices los que crean en mí sin haberme visto!


Pero el oficial insistió: —Señor, ven pronto a mi casa, antes de que muera mi hijo.


Pablo y Bernabé se quedaron en Iconio por algún tiempo dando testimonio del Señor con valentía. El Señor confirmaba el mensaje con los milagros y maravillas, que realizaba a través de ellos.


Toda la asamblea guardó silencio. Luego, escucharon también a Bernabé y a Pablo, quienes contaron las maravillas y los milagros que Dios había hecho por medio de ellos entre los no judíos.


Haré maravillas arriba en el cielo, y prodigios abajo en la tierra. Habrá también sangre, fuego y una gran humareda.


Escuchadme bien, israelitas porque voy a hablaros de Jesús de Nazaret. Todos nosotros sabemos que Dios le acreditó ante vosotros por medio de grandes prodigios, maravillas y señales.


Al ver los milagros y las maravillas que hacían los apóstoles, la gente se quedaba asombrada.


Ayúdanos a sanar a los enfermos, y a hacer milagros y señales maravillosas en nombre de Jesús, tu santo servidor.


Los apóstoles hacían muchos milagros y señales maravillosas entre la gente. Los seguidores de Jesús se reunían en el pórtico de Salomón.


Esteban —uno de los siete servidores— gozaba del favor de Dios que le dio un poder especial para hacer milagros y señales maravillosas entre la gente.


Con milagros y señales maravillosas, Moisés sacó de Egipto a su pueblo llevándolo a través del mar Rojo y guiándolo durante cuarenta años por el desierto.


Por el poder del Espíritu Santo he hecho muchos milagros y maravillas, y he anunciado la buena noticia por todas partes, desde Jerusalén hasta la región de Iliria.


Para creer en este mensaje, los judíos quieren ver milagros y los griegos quieren que suene razonable e inteligente.


La paciencia con la que he trabajado por vosotros, y los milagros y las cosas maravillosas que he hecho con el poder de Dios, demuestran que soy un verdadero apóstol.


Dios también nos lo demostró por medio de muchas señales, de acciones maravillosas y de milagros. Además, a quienes él quiso, les dio las capacidades que concede el Espíritu Santo.


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