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Juan 3:34 - Biblia Lenguaje Básico

34 ya que cuando habla el que Dios ha enviado, es Dios mismo quien habla, porque Dios le ha dado todo el poder de su Espíritu.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Pues él es enviado por Dios y habla las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin límites.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pues el que Dios envió, habla las palabras de Dios, porque Dios no da el Espíritu por medida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Espíritu con cicatería.

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Juan 3:34
29 Referans Kwoze  

y enseguida Elías le dijo a Eliseo: —Dime qué quieres que haga por ti antes de que nos separemos. Eliseo le contestó: —Quiero ser el que ocupe tu lugar como profeta especial de Dios.


Tu reinado, como el de Dios, durará para siempre, usarás tu poder para defender la justicia.


«Este es el pacto —dice Dios— que yo hago con vosotros: os prometo que mi poder, y las enseñanzas que os he dado, nunca se apartarán de vosotros ni de vuestros descendientes. Así os lo aseguro ahora y para siempre».


Desde el día en que Moisés consagró a Aarón y a sus hijos como sacerdotes del Dios de Israel, quedó establecido que esta parte de las ofrendas que se presentan en honor de Dios sería siempre para ellos.


Dios bajó en la nube y habló con Moisés; luego hizo lo que había prometido: puso en aquellos setenta hombres respetables parte del espíritu que había en Moisés, y ellos empezaron a comunicar mensajes de parte de Dios. Esto sucedió una sola vez.


«Aquí está mi siervo a quien yo he elegido. Lo amo mucho, y estoy muy contento con él. Yo le daré mi Espíritu, y llevará mi enseñanza a todas las naciones.


El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me ha elegido para dar buenas noticias a los pobres. Dios me ha enviado a anunciar libertad a los prisioneros, a devolver la vista a los ciegos, a rescatar a los que son maltratados


Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos hizo conocer la gracia y la verdad. Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Hijo único, que está en íntima unión con el Padre y que es Dios mismo, nos lo ha dado a conocer. Y gracias a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones.


Cuando venga el Abogado defensor que yo os enviaré de parte del Padre, es decir el Espíritu que procede del Padre y es portador de la verdad, él os hablará bien de mí.


En realidad, os conviene que me vaya. Porque si no me voy, el Abogado defensor, es decir, el Espíritu no vendrá a vosotros; en cambio, si me voy, yo os lo enviaré.


Porque Dios no me envió al mundo para condenarlo sino para salvarlo.


Porque, mi Padre tiene el poder para dar la vida, y me ha dado también a mí, que soy su Hijo, ese poder.


Jesús les contestó: —Las cosas que yo enseño no son cosa mía, sino de mi Padre Dios que me ha enviado.


Pero yo os he dicho la verdad que he escuchado de Dios, y vosotros queréis matarme. ¡Abrahán nunca hizo algo así!


Los hijos de Dios escuchan con atención todo lo que él dice. Vosotros, en cambio, como no sois sus hijos, no le hacéis caso.


hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, con la ayuda del Espíritu Santo, las oportunas instrucciones a los apóstoles que había elegido.


Me estoy refiriendo a Jesús de Nazaret a quien Dios le dio el poder del Espíritu Santo. Como Dios estaba con él, Jesús hizo siempre el bien y curó a todos los que vivían bajo el poder del diablo.


Ahora, por estar unidos a él, el Espíritu Santo nos da vida y nos libera del pecado y de la muerte.


Dios, en efecto, ha querido que resida en Cristo todo el poder,


Cristo, que se ha hecho hombre, es completamente igual a Dios


Después me dijo: —¡Ya todo está hecho! Yo soy el principio y el fin. Al que tenga sed, le daré de beber gratis del agua de la fuente que da vida eterna.


Luego el ángel me mostró un río de aguas que dan la vida. Ese río salía del trono de Dios y del Cordero, y era claro como el cristal.


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