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Juan 2:24 - Biblia Lenguaje Básico

24-25 Pero Jesús no confiaba en ellos ni necesitaba que le dijeran nada de nadie, porque los conocía a todos y sabía lo que pensaba cada uno.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 y no necesitaba pruebas sobre nadie,

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Pero Jesús mismo no se confiaba a ellos, porque Él conocía a todos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pero Jesús no se confiaba a ellos, porque él conocía a todos

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Juan 2:24
21 Referans Kwoze  

escúchalo siempre desde el cielo, el lugar en donde vives, y perdónalo. Pero examina y da a cada uno lo que merece, pues solo tú conoces de verdad a todas las personas.


—Salomón, hijo mío, reconoce que el Dios de tu padre es el verdadero Dios y sírvelo con todo tu corazón y de buena gana. Porque Dios conoce las intenciones de todos y penetra los pensamientos más íntimos. Si lo buscas, él se dejará encontrar; pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre.


Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso siento una gran alegría al comprobar que tanto yo como el pueblo hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.


El corazón humano es engañoso y no tienen remedio; ¿quién es capaz de conocerlo?


Pero como Jesús se dio cuenta de lo que pensaban, les preguntó: —¿Por qué tenéis pensamientos tan malos?


Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: —¿Por qué pensáis así?


Entonces Andrés llevó a Simón donde estaba Jesús. Cuando Jesús vio a Simón, le dijo: —Tú eres Simón, hijo de Juan, pero desde ahora te llamarás Cefas, es decir, Pedro.


Ahora sabemos que lo conoces todo y no tienes necesidad de que alguien te pregunte. Por eso creemos que Dios te ha enviado.


Por tercera vez le preguntó Jesús: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso muy triste porque le había preguntado tres veces si le quería. Entonces le contestó: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas.


Jesús le dijo: —Ve a llamar a tu marido y regresa aquí con él.


Además, os conozco muy bien, y sé que no amáis a Dios.


Jesús se dio cuenta de que la gente quería llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey. Por eso se retiró de nuevo a lo alto del monte para estar solo.


Pero todavía hay gente entre vosotros que no cree. Jesús dijo esto porque desde el principio sabía quiénes eran los que no creían y quién era el que lo traicionaría.


Luego todos oraron así: —Señor, tú conoces perfectamente cómo es cada uno por dentro. Por eso, te rogamos que nos muestres a quién de estos dos has elegido


Y Dios, que conoce nuestros pensamientos, ha demostrado que también ama a los que no son judíos, pues les ha dado el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros.


Cuando sufran todos los castigos que habré de enviarles, esta canción recordará a sus descendientes el mal comportamiento de los israelitas. Es verdad que todavía no han entrado en la tierra que prometí darles, pero los conozco muy bien y sé cómo van a actuar.


Nada de lo que Dios ha creado está oculto a los ojos de Dios que todo lo ve con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho.


Pero Dios le dijo: —Samuel, no te fijes en su apariencia ni en su gran estatura. Este no es mi elegido. Yo no me fijo en las apariencias; yo me fijo en el corazón.


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