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Juan 2:16 - Biblia Lenguaje Básico

16 Y a los que vendían palomas les ordenó: —Sacad esto de aquí. ¡La casa de Dios, que es mi Padre, no es un mercado!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Luego se dirigió a los que vendían palomas y les dijo: «Saquen todas esas cosas de aquí. ¡Dejen de convertir la casa de mi Padre en un mercado!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 A los que vendían palomas les dijo: 'Saquen eso de aquí y no conviertan la Casa de mi Padre en un mercado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 y dijo a los que vendían las palomas: ¡Quitad esto de aquí, y no hagáis la Casa de mi Padre casa de mercado!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Y a los que vendían palomas les dijo: 'Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio'.

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Juan 2:16
17 Referans Kwoze  

Este Templo es mi casa, pero vosotros lo habéis convertido en una cueva de ladrones. ¡Yo mismo lo he visto! Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, fue al Templo y empezó a echar de allí a todos los que estaban vendiendo y comprando cosas. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero de otros países por dinero del Templo, y también tiró los puestos de los que vendían palomas.


Y les dijo: —Dios dice en las Escrituras: «Este Templo es mi casa y aquí se viene a orar». Pero vosotros lo habéis convertido en cueva de ladrones.


Pero los invitados no hicieron caso, y cada uno se fue a ocuparse de sus cosas.


Luego se puso a enseñar a la gente; les decía: —Dios dice en las Escrituras: Este Templo es mi casa; aquí viene gente de todo el mundo para orar. Pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones.


Pero Jesús les respondió: —¿Y por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?


Mi Padre me los ha dado; él es más poderoso que todos, y nadie puede quitárselos.


Al ver esto, Jesús tomó unas cuerdas, hizo un látigo con ellas y echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y bueyes. También arrojó al suelo las monedas de los que cambiaban dinero y volcó sus mesas.


Jesús le dijo: —No me detengas, pues todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero vete y diles a mis discípulos que voy a reunirme con él, que también es vuestro Padre. Él es mi Dios, y vuestro Dios.


Pero Jesús les dijo: —Mi Padre nunca deja de trabajar, ni yo tampoco.


Jesús les contestó: —Yo no tengo ningún demonio. Lo que hago es honrar a mi Padre; en cambio vosotros me despreciáis a mí.


y peleas en todo momento. Los que hacen eso no son capaces de pensar bien, no conocen la verdad y piensan que, por medio de la religión, pueden ganar mucho dinero.


Esos falsos maestros desearán tener cada vez más dinero y tratarán de explotaros a base de mentiras. Pero Dios ha decidido castigarlos desde hace mucho tiempo y no se salvarán de ese castigo.


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