Esto dice el Dios de Israel: ¡Qué mal les va a ir a esos dirigentes de mi pueblo que ni saben gobernarlo ni se preocupan por él. Al contrario, lo extravían y destrozan comportándose como los pastores que abandonan a sus ovejas. Pues bien, voy a castigaros por vuestras malas acciones —así os lo aseguro yo que soy vuestro Dios—.
—Ezequiel, hombre mortal, dales a los gobernantes de Israel el siguiente mensaje de mi parte: ¡Ay de vosotros, gobernantes de Israel que deberíais cuidar a los israelitas como cuidan los pastores a sus ovejas, pero solo os preocupáis de vosotros mismos!
Porque voy a poner este país al cuidado de un pastor irresponsable que no se preocupará por las ovejas que se apartan del camino, ni buscará a las ovejas perdidas, ni curará a las ovejas heridas, ni alimentará a la ovejas hambrientas. Solo le interesará aprovecharse de ellas.
Recordad que hace algún tiempo apareció un hombre llamado Teudas, que se creía muy importante y al que siguieron unos cuatrocientos hombres. Luego lo mataron, todos sus seguidores huyeron y todo quedó reducido a la nada.