Josué 8:16 - Biblia Lenguaje Básico16 Todo el ejército de la ciudad salió a perseguir a los israelitas que así alejaron a los de Ay más y más de la ciudad. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196016 Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirles; y siguieron a Josué, siendo así alejados de la ciudad. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente16 Así que llamaron a todos los hombres de la ciudad, para que salieran a perseguirlos. De esa manera, los alejaron de la ciudad. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)16 Entonces toda la gente que estaba en la ciudad se juntó para perseguirlos; persiguieron a Josué y se dejaron llevar lejos de la ciudad. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion16 Y todo el pueblo de Hai fue convocado para perseguirlos, y persiguieron a Josué apartándose así de la ciudad. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197516 Entonces, todas las tropas que había en la ciudad salieron gritando tras ellos y, persiguiendo a Josué, se alejaron de la ciudad. Gade chapit la |
Los de Benjamín respondieron al ataque, y mientras herían y mataban a los israelitas se fueron alejando de la ciudad. El ejército israelita retrocedió ante el ataque de los benjaminitas porque confiaba en los soldados que estaban escondidos alrededor de la ciudad. En los caminos de Betel y de Guibeá, y a campo abierto, los de Benjamín mataron a unos treinta soldados israelitas, así que pensaron que habían vuelto a derrotarlos, como en las ocasiones anteriores. Lo cierto era que los israelitas se habían alejado de la ciudad para que sus enemigos los siguieran hasta donde estaba escondido el resto del ejército. En Baal Tamar se reunieron diez mil de los mejores soldados israelitas y se dispusieron a atacar la ciudad. Mientras tanto, los soldados que se habían quedado alrededor de la ciudad fueron saliendo de sus escondites, entraron en la ciudad y mataron a todos los que allí estaban. Con el resto del ejército habían acordado que, tan pronto como entraran en la ciudad, les harían una señal en forma de una gran columna de humo; cuando los israelitas que fingían huir vieran la señal, debían darse vuelta y enfrentarse a los de Benjamín. Y así sucedió. La batalla en campo abierto fue dura y los de Benjamín no sospechaban que esta vez iban a perder la batalla. De pronto vieron que comenzaba a salir humo de la ciudad y quisieron regresar a ella, pero ya toda la ciudad estaba envuelta en llamas. Entonces los israelitas les hicieron frente, y los de Benjamín se llenaron de miedo al ver que estaban a punto de ser destruidos. Trataron de huir hacia el desierto, pero quedaron atrapados entre el ejército y los soldados que salían de la ciudad; así que no lograron ponerse a salvo y fueron aniquilados. Los israelitas rodearon a los de Benjamín desde Menujá hasta el este de Guibeá, y los persiguieron hasta aplastarlos a todos. Ese día Dios les dio la victoria a los israelitas. Así fue como murieron dieciocho mil valientes de la tribu de Benjamín; otros cinco mil encontraron la muerte en los caminos, y otros dos mil fueron aniquilados cuando huían hacia Gidom. Fue así como en total murieron veinticinco mil soldados de la tribu de Benjamín, todos ellos hombres valientes y hábiles en el manejo de la espada. De todos ellos solo pudieron escapar seiscientos soldados, que lograron llegar a la roca de Rimón, en el desierto. Allí se quedaron cuatro meses. Los israelitas, mientras tanto, siguieron atacando y dando muerte a todos los de la tribu de Benjamín que encontraban; incluso mataban a los animales. Y también incendiaron todas las ciudades con las que se iban encontrando.