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Josué 7:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 En la familia de Céraj, que formaba parte de la tribu de Judá, había un hombre llamado Acán, hijo de Carmí y nieto de Zabdí. Este hombre no obedeció el mandato que Dios había dado al pueblo. Dios les había ordenado destruir por completo la ciudad de Jericó, pero Acán se quedó con algunas de las cosas que debía haber destruido. Por eso Dios se enfadó contra los israelitas.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Sin embargo, Israel desobedeció las instrucciones sobre lo que debía ser apartado para el Señor. Un hombre llamado Acán había robado algunas de esas cosas consagradas, así que el Señor estaba muy enojado con los israelitas. Acán era hijo de Carmi, un descendiente de Zimri, hijo de Zera, de la tribu de Judá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Los israelitas cometieron una grave infidelidad a propósito del anatema. Acán, hijo de Carmí, hijo de Zabdi, hijo de Zerá, de la tribu de Judá, tomó cosas prohibidas por el anatema, y estalló la cólera de Yavé contra los israelitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero los hijos de Israel fueron infieles° en cuanto a lo del anatema,° porque Acán° ben Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, se apropió del anatema, por lo cual la ira de YHVH se encendió contra los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pero los israelitas fueron infieles en lo tocante al anatema. Porque Acán, hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, se guardó para sí algo de lo entregado al anatema y la ira de Yahveh se encendió contra los israelitas.

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Josué 7:1
19 Referans Kwoze  

Luego vinieron los otros hijos de Jacob, pisotearon los cadáveres y robaron todo lo que había en la ciudad. Se llevaron ovejas, vacas, burros y todo lo que encontraron a su paso tanto en la ciudad como en el campo. También entraron en las casas y las saquearon, llevándose además sus mujeres y sus niños. Así vengaron la violación de su hermana Dina.


Dios volvió a enfadarse contra los israelitas y, para poder castigarlos, incitó a David a hacer un recuento de todos los habitantes de Israel y de Judá.


Cuando llegaron al Ofel, Guejazí tomó las bolsas que llevaban los sirvientes de Naamán y las guardó en su casa. Después se despidió de aquellos hombres.


A Dios no le agradó lo que David había hecho y decidió castigar al pueblo de Israel.


De hecho, tanto ellos como el rey se olvidaron del Templo del Dios de sus antepasados y volvieron a adorar las imágenes de Astarté y otros dioses falsos. Esto provocó la ira de Dios contra Judá y Jerusalén.


oré así: —¡Dios mío, qué vergüenza! ¡Estoy tan confundido que no sé cómo hablarte! Nuestros pecados son tantos que si los pusiéramos uno sobre otro llegarían hasta el cielo.


El daño o el beneficio de que peques o no peques es para ti y para los tuyos.


En realidad, puede más la sabiduría que las armas de guerra, aunque un solo error puede causar mucho daño.


Tú, Dios mío, tú eres justo. Por eso nos sentimos muy avergonzados. Así se sienten los que viven en Jerusalén y también los que viven en los países lejanos, adonde los expulsaste por haber pecado contra ti.


Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: —No os despeinéis ni rasguéis vuestras ropas en señal de luto, no sea que muráis y Dios descargue su ira sobre el pueblo. Serán todos los demás israelitas los que deben lamentarse porque Dios ha tenido que enviar ese fuego contra ellos.


Al mismo tiempo, los marineros se dijeron unos a otros: —Echemos suertes para saber quién tiene la culpa de nuestra desgracia. Echaron suertes y Jonás resultó culpable.


hablaron con ellos de parte de todo el pueblo de Dios, y les dijeron: —¿Por qué habéis traicionado al Dios de Israel? ¿Por qué habéis levantado este altar en rebeldía contra Dios?


¿No os dais cuenta de que, si hoy nos rebelamos contra él, mañana Dios castigará a todos los israelitas?


No olvidéis el caso de Acán, hijo de Céraj, que guardó para sí algo que debía haber destruido y, aunque solo él había pecado, todo el pueblo israelita fue castigado por su culpa.


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