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Josué 14:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Por eso te pido que me des la región montañosa que Dios me prometió aquel día. Tú bien sabes que los descendientes del gigante Anac viven en ciudades grandes y bien protegidas. Pero con la ayuda de Dios los podré desalojar y así conquistaré esas ciudades, tal como Dios lo prometió.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Así que dame la zona montañosa que el Señor me prometió. Tú recordarás que, mientras explorábamos, encontramos allí a los descendientes de Anac, que vivían en grandes ciudades amuralladas. Pero si el Señor está conmigo, yo los expulsaré de la tierra, tal como el Señor dijo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Dame pues esa montaña de la que habló Yavé ese día. Tú mismo lo escuchaste entonces: allí están los anaquim en sus ciudades grandes y fortificadas, pero ¡ojalá que Yavé esté conmigo! Y los expulsaré como Yavé lo dijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Ahora pues, dame esta región montañosa, de la cual habló YHVH aquel día; porque tú mismo oíste aquel día que los anaceos estaban allí, así como ciudades grandes y fuertes. Quizás YHVH esté conmigo y yo pueda expulsarlos, tal como YHVH habló.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Otórgame, pues, esta montaña a la que se refería Yahveh aquel día; pues aquel día oiste tú que estaban en ella los anaquitas y que sus ciudades son grandes y fortificadas. Si Yahveh está conmigo, los arrojaré de allí, como Yahveh me prometió'.

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Josué 14:12
21 Referans Kwoze  

Ojalá que Dios haya escuchado los insultos que el oficial de Senaquerib ha lanzado en contra del Dios de Israel, y que lo castigue por ello. Pídele a Dios que ayude a los israelitas que aún quedan con vida.


Con la ayuda de Dios, el ejército de Asá derrotó completamente a los etíopes. Zéraj y su ejército salieron huyendo, pero los hombres de Judá los persiguieron hasta Guerar, y los mataron a todos sin dejar un solo etíope vivo. Luego se apoderaron de todas sus pertenencias.


Tú mismo echaste de su tierra a los otros pueblos; los destruiste por completo, y en su lugar pusiste a nuestro pueblo y lo hiciste prosperar.


Porque tú, Dios mío, te has alejado de nosotros y ya no sales a luchar al frente de nuestros ejércitos.


Lo malo es que la gente que vive allí es muy fuerte, y sus ciudades son grandes y están bien protegidas. ¡Hasta hemos visto a descendientes del gigante Anac!


Incluso hemos visto a hombres gigantes que parecen descendientes de Anac. A su lado nosotros parecíamos saltamontes y así nos veían ellos.


Entonces Dios dijo a Moisés: —No le tengas miedo a Og. Con mi ayuda, lo vas a vencer a él y a todo su ejército, y te quedarás con su territorio. Pero quiero que hagas con él lo mismo que hiciste con Sejón, el rey amorreo que reinaba en Jesbón.


Solo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros.


Cuando supisteis que en ese territorio vivía gente muy fuerte y de gran estatura, y que sus ciudades estaban rodeadas de grandes murallas, os dio mucho miedo. Y os desanimasteis aún más cuando supisteis que allí también vivían los descendientes del gigante Anac.


Moisés continuó diciendo: —¡Israelitas, poned atención! Pronto cruzaréis al otro lado del río Jordán y expulsaréis de esa tierra a todos los pueblos que allí viven. Esa gente es más fuerte y poderosa que vosotros, y sus ciudades son grandes y están bien protegidas con altas murallas.


Pero vosotros sabéis que Dios marcha delante de vosotros y que su poder es como el de un fuego destructor con el que derrotará y destruirá a esos gigantes. Vosotros los venceréis y los expulsaréis enseguida de allí, tal como Dios lo ha prometido.


Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.


Ellos tuvieron fe en Dios, y por eso conquistaron países; y como actuaron con justicia, recibieron lo que Dios les había prometido. Cerraron la boca de leones y


En esa ciudad vivían Sesay, Ajimán y Talmay, descendientes de la raza de los gigantes. Caleb los echó de allí y se apoderó de la ciudad.


Y tal como Moisés había prometido, la región de Hebrón le fue dada a Caleb, para que allí viviera. Por eso Caleb echó de esa región a los tres grupos de familias que descendían del gigante Anac.


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