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Josué 11:20 - Biblia Lenguaje Básico

20 Dios mismo hizo que los enemigos se pusieran tercos y ofrecieran resistencia a Israel. Lo hizo para que los israelitas los destruyeran por completo, sin compasión, tal como Dios se lo había ordenado a Moisés.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a Moisés.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 porque el Señor les endureció el corazón y los hizo pelear contra los israelitas. Así que fueron totalmente destruidos sin compasión, tal como el Señor le había ordenado a Moisés.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Yavé les dio ánimo a todos para que hicieran la guerra a Israel, con el fin de que fueran consagrados en anatema y destruidos sin misericordia como Yavé se lo había ordenado a Moisés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Porque era de YHVH endurecer el corazón de ellos para que resistieran con guerra a Israel, a fin de dedicarlos al exterminio, sin que hubiera para ellos clemencia y llegaran así a ser desarraigados, tal como YHVH había ordenado a Moisés.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Pues fue designio de Yahveh que los corazones de sus moradores se obstinaran en entablar combate con Israel, y así fueran entregados al anatema, sin que hubiera para ellos compasión. Fueron aniquilados, como había ordenado Yahveh a Moisés.

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Josué 11:20
24 Referans Kwoze  

Absalón y todos los israelitas prefirieron seguir el consejo de Jusay, y no el de Ajitófel, porque Dios así lo había decidido para causar la ruina de Absalón.


Así que el rey no hizo lo que el pueblo le pidió. Y es que Dios así lo había planeado, para cumplir lo que había prometido a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio del profeta Ajías de Siló.


Pero Dios había decidido que esta visita a Jorán se convirtiera en la desgracia de Ocozías. Dios había elegido a Jehú, hijo de Nimsí, para que acabara con toda la familia de Ajab. Y así sucedió: Jehú encontró a los principales jefes de Judá y a los sobrinos de Ocozías, que este tenía a su servicio, y los mató. Entonces Ocozías, que había salido con Jorán para encontrarse con Jehú,


Amasías interrumpió al profeta y le dijo: —¡No necesito tus consejos! ¡Cállate si no quieres morir! Entonces el profeta le dijo: —Ya veo que no quieres escucharme. No hay duda de que Dios te ha abandonado y de que va a destruirte.


Dios dijo a Moisés: —Preséntate ante el faraón. Yo he hecho que él y sus consejeros se mantengan tercos, para mostrarles mi poder.


Moisés y Aarón hicieron en presencia del faraón todas las señales terribles y asombrosas que Dios les había ordenado hacer, pero el faraón se mantuvo terco y no dejó que los israelitas se marcharan de Egipto.


Yo haré que los egipcios vuelvan a ponerse tercos y os persigan entrando en el mar detrás de vosotros. Pero entonces yo les demostraré mi gran poder y los destruiré con toda su caballería y sus carros de guerra.


Yo haré que el faraón se ponga de nuevo terco y vuelva a perseguiros. Pero cuando lo haga, destruiré su ejército y le mostraré mi gran poder. Así sabrán los egipcios que yo soy Dios. Los israelitas hicieron lo que Dios les mandó hacer.


Dios le había dicho: —Cuando llegues a Egipto, haz delante del rey todas las maravillas que te he ordenado hacer con la vara. Yo haré que el rey se ponga terco y no deje salir al pueblo.


Sin embargo, Dios hizo que el faraón se mantuviera terco y no quisiera saber nada de Moisés ni de Aarón, tal como Dios se lo había dicho a Moisés.


Si hasta ahora no lo he hecho, es porque quiero mostrar mi poder y porque quiero que todos en el país me conozcan.


El Dios todopoderoso ha hecho este juramento: «¡Mis planes no fallarán! Tal como lo dije, todo se cumplirá.


Dios está enfadado con vosotros y con todos vuestros ejércitos. Dios os ha condenado a una total destrucción.


Así que todo depende de lo que Dios decida hacer: él se compadece de quien quiere, y a quien quiere lo vuelve terco.


Pero el rey Sijón no nos dejó pasar por su territorio, pues nuestro Dios hizo que se negara para que vosotros conquistarais su territorio y lo convirtierais en súbdito vuestro como lo es hasta el día de hoy.


Dios hará que conquistéis muchos pueblos. Pero recordad que no debéis tenerles compasión; al contrario, destruidlos antes de que os lleven a adorar a sus dioses, lo que sería vuestra perdición.


Sus padres no sabían que Dios lo había dispuesto así buscando una oportunidad para atacar a los filisteos que en esa época dominaban a los israelitas.


Si una persona ofende a otra, Dios puede decidir quién tiene la razón; pero si alguien ofende a Dios, no hay quien pueda defenderlo. Sin embargo, los hijos de Elí no hicieron caso a las palabras de su padre. Además, Dios ya había decidido quitarles la vida.


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