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Josué 1:1 - Biblia Lenguaje Básico

1-2 Después de la muerte de Moisés, Dios habló con Josué, hijo de Nun, que había sido ayudante de Moisés. Dios dijo a Josué: —Ahora que mi siervo Moisés ha muerto, te toca a ti guiar al pueblo de Israel. Cruza el río Jordán con todos ellos y llévalos al territorio que les voy a dar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor habló a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés. Le dijo:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Después de la muerte de Moisés, Yavé habló a Josué, hijo de Nun, el ayudante de Moisés. Le dijo:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Después de la muerte de Moisés, siervo de YHVH, aconteció que YHVH habló a Josué° ben Nun, ministro° de Moisés, diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Después de la muerte de Moisés, siervo de Yahveh, habló Yahveh a Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés, y le dijo:

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Josué 1:1
29 Referans Kwoze  

y a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel. Y para que te suceda como profeta, nombra a Eliseo, hijo de Safat, natural de Abelmejolá.


Josafat preguntó: —¿Hay aquí algún profeta que nos diga lo que Dios quiere que hagamos? Uno de los oficiales del rey de Israel contestó: —Sí, aquí está el profeta Eliseo, el ayudante de Elías.


Todos los que habían vuelto de Babilonia hicieron enramadas y se instalaron en ellas. Estaban muy alegres, pues desde la época de Josué, hijo de Nun, hasta aquel día, los israelitas no habían celebrado esta fiesta.


Moisés se puso en marcha y subió al Sinaí junto con su ayudante Josué.


Entonces Josué, que desde joven era ayudante de Moisés y estaba allí, dijo al oír al muchacho: —Moisés, mi señor, ¡no los dejes profetizar!


Estos son los nombres de los jefes israelitas a los que Moisés envió a explorar la tierra.


Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín;


Al que cuida bien lo que vale poco, también se le puede confiar lo que vale mucho. Y el que no es fiel con lo de poco valor, tampoco lo será con lo de mucho valor.


Nuestros antepasados recibieron esa Tienda en herencia y dirigidos por Josué la introdujeron en la tierra de la que Dios expulsó a los otros pueblos ante los ojos de nuestros antepasados. Y así permanecieron las cosas hasta los tiempos del rey David.


Queridos hermanos de la iglesia de Roma: Yo soy siervo y apóstol de Jesucristo porque Dios me eligió para anunciar la buena noticia que él tiene para nosotros.


Será tu ayudante Josué, hijo de Nun, quien guiará al pueblo y entregará la tierra a los israelitas. Debes, por tanto, animarlo».


A Josué, Dios le dijo: —Tú, Josué, tienes que ser fuerte y valiente. Yo te ayudaré en todo, y tú harás que este pueblo conquiste la tierra que les he prometido.


Pero él mismo os guiará y destruirá a todos los países que encontréis a vuestro paso para que conquistéis su territorio. Además, Dios ha ordenado que Josué sea vuestro nuevo jefe.


Poco antes de morir, Moisés, hombre de Dios, bendijo a los israelitas


Nunca nadie tuvo más poder que Moisés, ni nadie pudo realizar las grandes hazañas que los israelitas le vieron hacer.


Moisés estuvo siempre al servicio de Dios. Tal como Dios lo había dicho, Moisés murió en Moab, frente a Bet Peor, y allí mismo fue enterrado, sin que nadie hasta el día de hoy conozca el lugar exacto.


Antes de morir, Moisés había puesto sus manos sobre la cabeza de Josué, a quien Dios llenó de sabiduría. Por eso los israelitas obedecieron a Josué y cumplieron con las órdenes que Dios le había dado a Moisés.


Querido Tito: Yo te ayudé a creer en Jesucristo y por eso tú eres para mí como un verdadero hijo. Tú y yo compartimos la misma fe en Dios; por eso le pido a él, que es nuestro Padre, y a Jesucristo, nuestro Salvador, que te concedan su gracia y su paz. Como bien sabes, soy siervo de Dios y apóstol de Jesucristo. Fui enviado por él para que los elegidos de Dios crean en él y para que lleguen a conocer la verdad que enseña nuestra religión. Así estarán seguros de recibir la vida eterna que Dios nuestro Salvador prometió desde antes que el mundo existiera. Y sabemos que Dios no miente. En el momento que él consideró oportuno, me dio ese mensaje y me mandó que lo anunciara a los demás.


Yo, Santiago, que estoy al servicio de Dios y del Señor Jesucristo, os envío un saludo a los cristianos que vivís esparcidos por todo el mundo.


No descanséis hasta que hayáis conquistado el territorio que Dios les dará a ellos, del mismo modo que os lo ha dado a vosotros. Una vez que ellos tomen posesión de su territorio, vosotros podréis regresar y vivir en la tierra que Moisés os ha dado al este del río Jordán.


Bajo el mando de Moisés, estos dos reyes fueron vencidos por los israelitas. Moisés repartió su territorio entre las tribus de Rubén y Gad y la mitad de la tribu de Manasés.


Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo poder sobre la muerte y el abismo.


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