Jonás 2:4 - Biblia Lenguaje Básico

⁴ Me arrojaste a lo más hondo del mar. Solo agua veía yo por todos lados; grandes olas me envolvían por completo.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴ Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ Entonces dije: “Oh Señor, me has expulsado de tu presencia; aun así volveré a mirar hacia tu santo templo”.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ Me habías arrojado en el corazón del mar, y la corriente me cercaba, tus olas y tus remolinos pasaban sobre mí.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ Me dije: Desechado soy de tu presencia, ¿Cómo podré volver a contemplar tu santa Casa?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ Me arrojaste al abismo, al seno de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus olas, tu oleaje, cargaron sobre mí.

Jonás 2:4 Referans Kwoze

1 Reyes 9:7

entonces expulsaré a Israel de la tierra que le he dado. Abandonaré este Templo que he dedicado en honor de mi nombre, y todas las naciones se burlarán de Israel.

Salmos 31:22

¡Bendito seas, Dios mío, porque, cuando estuve en problemas, me mostraste tu gran amor!

Salmos 42:8

Las olas de tristeza que has mandado sobre mí me han sumergido por entero; son como un mar agitado, como ruidosas cascadas que me hacen bajar hasta el abismo.

Salmos 5:7

¡Tú destruyes a los mentirosos, y rechazas a los tramposos y asesinos!

Salmos 88:7

Es como si estuviera en el barranco más oscuro.

Isaías 49:14

Los habitantes de Jerusalén decían: «Dios me abandonó, mi Dios se olvidó de mí».

Jeremías 15:1

Dios me dijo: —Jeremías, aleja de mí a los israelitas y diles que se vayan, porque aunque me lo pidieran Moisés y Samuel, no voy a perdonar a este pueblo.

Jeremías 7:15

pero os voy a expulsar de mi presencia, así como expulsé a todos vuestros hermanos, los descendientes de Efraín.

Lamentaciones 3:54

Estuve a punto de ahogarme; ¡creí que había llegado mi fin!

Ezequiel 37:11

Dios me dijo entonces: —Ezequiel, estos huesos representan a todo el pueblo de Israel. Ellos se andan quejando y dicen: «No tenemos remedio; hemos perdido la esperanza. ¡Somos unos huesos secos!».

Daniel 6:10

El rey Darío firmó la ley de acuerdo con la petición de sus consejeros.

Jonás 2:7

Creí que ya nunca saldría del fondo del mar ni que escaparía del reino de los muertos. Pero tú, Dios mío, me salvaste la vida.