Joel 2:13 - Biblia Lenguaje Básico13 Arrepentíos y convertíos a mí, pero hacedlo de todo corazón, y no solo de palabra. Yo soy compasivo y bondadoso, y no me enfurezco fácilmente; yo os amo con todo mi corazón y estoy dispuesto a perdonaros. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196013 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente13 No se desgarren la ropa en su dolor sino desgarren sus corazones». Regresen al Señor su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable. Está deseoso de desistir y no de castigar. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)13 Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios, porque él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia; envía la desgracia, pero luego perdona. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion13 ¡Rasgad vuestro corazón, Y no vuestros vestidos! ¡Volveos a YHVH vuestro Dios, Que es clemente y compasivo, Lento para la ira y grande en misericordia, Y se conduele de la desgracia! Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197513 rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos, y convertíos a Yahveh, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, tardo a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente del daño que causa. Gade chapit la |
De nuevo David le preguntó: —¿De dónde dices que eres? Él respondió: —Soy hijo de un amalecita que vino a vivir en Israel. Entonces David le dijo: —¿Y cómo te atreviste a rematar a quien Dios eligió como rey de su pueblo? Tú mismo reconoces tu culpa al decir: «Yo maté al elegido de Dios». Enseguida ordenó David a uno de sus oficiales que diera muerte al amalecita, y así lo hizo el oficial. A continuación David y todos los que estaban con él, rasgaron sus ropas para mostrar su tristeza por la muerte de Saúl y Jonatán y por la de todos los israelitas caídos en el campo de batalla. Luego rompieron a llorar y ayunaron durante todo el día.
Se olvidaron de los milagros que tú hiciste en su favor. Fueron desobedientes y nombraron a un jefe para que los llevara a Egipto, de vuelta a la esclavitud. Luego hicieron un toro de metal y dijeron que ese era su dios, el dios que los sacó de Egipto. Pero tú no los abandonaste, pues eres tierno y compasivo, y siempre estás dispuesto a perdonar. No te enfadas con facilidad, y es tanto tu amor que en ti se puede confiar.
Muy molesto, le dijo a Dios: —¿No era esto lo que yo pensé que harías cuando aún estaba en mi tierra? Por eso quise huir lejos de ti y dirigirme a Tarsis. Yo sé que eres un Dios muy bueno; te compadeces de todos y te cuesta enfadarte. Es tan grande tu amor que, cuando dices que vas a castigar, después cambias de opinión y no lo haces.