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Joel 2:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Pero ahora —así lo afirma Dios— arrepentíos de vuestra mala conducta y cambiad vuestra manera de vivir. Llorad, ayunad y vestíos de luto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Por eso dice el Señor: «Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo; entréguenme su corazón. Acérquense con ayuno, llanto y luto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Dice Yavé: 'Vuelvan a mí con todo corazón, con ayuno, con llantos y con lamentos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero ahora, dice YHVH: ¡Volveos a mí de todo corazón, Con ayuno, lloro y lamento!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Por eso, ahora mismo -oráculo de Yahveh- convertíos a mí de todo corazón con ayunos, llantos y lamentos;

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Joel 2:12
39 Referans Kwoze  

Pero David se sintió culpable por haber ordenado hacer el censo del pueblo. Así que dijo: —Dios mío, he pecado gravemente al hacer este censo. Te ruego que perdones mi pecado pues me he portado como un necio.


Los mensajeros fueron entonces por todo el territorio llevando el siguiente mensaje escrito, de parte del rey y de los jefes más importantes: —Israelitas, vosotros habéis quedado con vida después del ataque de los reyes de Asiria. Dejad de comportaros tan perversamente como vuestros antepasados que fueron infieles a Dios. Volved a hacer un pacto con el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, y venid al Templo que él mismo eligió para vivir allí por siempre. Si lo hacéis así y servís a vuestro Dios, él dejará de estar enfadado con vosotros y volverá a aceptaros. No seáis tercos como vuestros antepasados, que por ser infieles a Dios fueron castigados con la derrota ante sus enemigos, como bien lo sabéis vosotros mismos. Si volvéis a ser fieles a Dios, él hará que vuestros enemigos dejen en libertad a los israelitas que han sido llevados prisioneros. Nuestro Dios es bueno y compasivo, y no os dará la espalda si os convertís a él. Los mensajeros recorrieron, de ciudad en ciudad, todo el territorio de Efraín y Manasés hasta llegar al de Zabulón. La mayoría de la gente se reía y se burlaba de ellos;


Escúchanos desde el cielo y perdónanos. Enséñanos a portarnos bien y envía de nuevo la lluvia a nuestra tierra que nos diste como herencia.


—Reúne a todos los judíos que se encuentren en Susa, y pídeles que ayunen por mí; que no coman ni beban durante tres días. También mis sirvientas y yo ayunaremos. Después me presentaré ante el rey aunque la ley no lo permita. ¡Y si tengo que morir, moriré!


Dijo además Dios a Moisés: —Di a los israelitas que son un pueblo muy terco y que si estuviera con ellos, aunque solo fuera un momento, acabaría aniquilándolos.


El Dios todopoderoso os aconsejó que debíais lamentaros y vestiros de luto en señal de dolor.


discutís, os peleáis y os pegáis. ¡Si queréis que escuche vuestras oraciones no ayunéis de esa manera!


¡Volved conmigo, hijos rebeldes, y yo os convertiré en hijos obedientes! Y nosotros te hemos respondido: Dios nuestro, aquí nos tienes. A ti volvemos, porque eres nuestro Dios.


Tal vez se arrepientan y cambien de conducta cuando sepan que Dios está muy enfadado con ellos y que es muy grande el castigo con que los ha amenazado.


Pues bien, israelitas, esto es lo que yo os digo: Si queréis convertiros a mí, solo tenéis que dejar esos ídolos despreciables y así no tendréis que apartaros de mí.


Cuando juréis en mi nombre, hacedlo con sinceridad y honradez y así las naciones encontrarán bendición en ese nombre y podrán cantar mis alabanzas.


de mi parte que yo no quiero que muera el malvado. Lo que quiero es que abandone su mala conducta y siga viviendo. Cambiad, pues, israelitas, vuestra mala conducta y no tendréis que morir.


Nuestro Dios es el Dios todopoderoso; su nombre es «el Señor».


Por eso, israelitas, convertíos a Dios, actuad con amor y con justicia, y confiad siempre en vuestro Dios.


Castigaré a Samaría, porque su gente se rebeló contra mí. Sus habitantes morirán en la batalla, a sus niños los estrellarán contra el suelo y destrozarán el vientre de las embarazadas.


Entonces los israelitas dijeron: ¡Volvamos a Dios! Aunque él nos ha castigado mucho, también nos dará su perdón.


Vosotros, sacerdotes, los que servís a Dios en el altar, poneos ropa de luto y pasad la noche llorando, pues ya nadie trae al Templo ofrendas de vino y de cereales.


comunica esto de mi parte a los sacerdotes y a toda la gente de este país: Durante los últimos setenta años habéis ayunado y hecho duelo todos los meses quinto y séptimo, pero no lo hacíais para honrarme.


¿Y después de presentarme esa clase de ofrendas, todavía esperáis que yo os escuche y os tenga compasión? Yo soy el Dios todopoderoso y esto es lo que os digo:


Por eso, primero anuncié el mensaje a la gente de Damasco, y luego a la de Jerusalén, y a la de toda la región de Judea. También hablé con los que no eran judíos, y les dije que debían pedirle perdón a Dios y hacer el bien para demostrar que en verdad se habían arrepentido.


Cuando el ángel de Dios terminó de hablar, los israelitas comenzaron a llorar y a lamentarse gritando.


Entonces todos los israelitas con su ejército volvieron a Betel para lamentarse delante de Dios. Todo el día estuvieron sentados allí sin comer nada, y le ofrecieron a Dios sacrificios y ofrendas de paz.


Por eso Samuel les dijo: —Si de verdad queréis dar culto a Dios, dejad de adorar a los dioses ajenos y a las imágenes de Baal y de Astarté. Convertíos y dad culto solamente a nuestro único Dios. Así él los librará del poder de los filisteos. Los israelitas dejaron de adorar a esos dioses, y adoraron solamente al Dios de Israel.


Los israelitas se reunieron en Mispá y reconociendo que habían ofendido a Dios sacaron agua de los pozos, la derramaron como señal de arrepentimiento delante de Dios y después ayunaron. Fue en Mispá donde Samuel comenzó a gobernar a los israelitas.


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