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Jeremías 8:8 - Biblia Lenguaje Básico

8 ¿Cómo os atrevéis a decir que sois un pueblo sabio y que poseéis la ley de Dios? ¡Hasta vuestros maestros os engañan y han convertido esa ley en mentira!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »”’¿Cómo pueden decir: “Somos sabios porque tenemos la palabra del Señor”, cuando, al escribir mentiras, sus maestros la han torcido?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 ¿Cómo pueden ustedes decir: 'Somos sabios y poseemos la Ley de Yavé?' Cuando es bien cierto que la ha cambiado en mentira la pluma falaz de los escribientes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 ¿Cómo podéis decir: Somos sabios; la Ley de YHVH está con nosotros? Cuando la pluma engañosa del escriba la ha convertido en mentira.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 ¿Cómo podéis decir: somos sabios, y la ley de Yahveh está con nosotros? Pero es cierto que en mentira la ha convertido la pluma mentirosa de los escribas.

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Jeremías 8:8
18 Referans Kwoze  

Es mucho más difícil que el necio llegue a ser sabio, que un asno salvaje nazca domesticado.


a los consejeros les cierra la boca, y deja sin sabiduría a los ancianos.


Dios dio a conocer a Israel sus normas y enseñanzas.


El orgullo de los hijos, son sus padres; la gloria de los ancianos, son sus nietos.


Tu primer antepasado y tus guías se rebelaron contra mí,


La gente comenzó a hacer planes en contra de Jeremías. Decían: «Vamos a acusarlo de algún crimen y así haremos que calle para siempre. No hagamos ningún caso a sus palabras, pues nunca nos faltará un sacerdote que nos enseñe la ley, ni un sabio que nos dé consejos, ni un profeta que nos hable de parte de Dios».


Yo desharé aquí los planes de la gente de Judá y de Jerusalén; los entregaré a vuestros enemigos que les darán muerte en el campo de batalla. Allí quedarán tendidos los cadáveres y haré que se los coman las aves del cielo y las fieras salvajes.


Los sacerdotes nunca preguntaron por mí, los maestros de la Ley jamás me conocieron, los dirigentes pecaron contra mí, y los profetas no hablaron en mi nombre. Todos ellos siguieron a otros dioses que no sirven para nada, y en nombre de ellos hablaron.


Mi pueblo —dice Dios— es insensato y no quiere conocerme; sus hijos son unos necios que no aciertan a comprenderme; son expertos para hacer el mal, pero incapaces de hacer el bien.


Vosotros, soldados moabitas, os creéis fuertes y valientes,


Yo os di muchas enseñanzas, y os las puse por escrito, pero las habéis considerado como algo extraño.


Jesús les contestó: —Si reconocierais que sois ciegos, no tendríais pecado. Pero como presumís de ver muy bien, vuestro pecado permanece.


Cree que lo sabe todo, pero en realidad no sabe nada.


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