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Jeremías 8:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Dispersaré por todo el mundo a esta gente tan malvada, y los que queden con vida preferirán morir antes que seguir viviendo. Soy yo, Dios, quien lo asegura.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice Jehová de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Y la gente que sobreviva de esta nación malvada deseará morir en vez de vivir en el lugar donde los enviaré. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 La muerte valdrá más que la vida para los sobrevivientes de esta raza perversa en cualquier parte donde los haya echado, dice Yavé de los Ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y el remanente que quede de toda esta perversa familia, preferirá la muerte antes que la vida, en todos los lugares a donde Yo habré arrojado a los que queden, dice YHVH Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 La muerte será preferible a la vida para todo el resto de los que queden de esta generación malvada en todos los lugares restantes adonde los haya expulsado -oráculo de Yahveh Sebaot-.

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Jeremías 8:3
22 Referans Kwoze  

y anduvo durante un día entero por el desierto. Después se sentó debajo de un arbusto y estaba tan triste que se quería morir. Le decía a Dios: —¡Ya no aguanto más, Dios mío! Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados.


Sin embargo, yo mismo reuniré a lo que quede de mi pueblo, haré que vuelva a este país desde las naciones donde lo dispersé y haré que prospere y se convierta en una gran nación.


Más bien, se dirá: «¡Lo juro por Dios, que sacó al pueblo de Israel del país del norte y de todos los países adonde lo había expulsado para que de nuevo habitara en su propio país!».


Estaré con vosotros y pondré fin a vuestra condición de esclavos. Os reuniré de todas las naciones por donde os haya dispersado y os haré volver a Jerusalén. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


y hasta se había atrevido a enviar una carta a los prisioneros en Babilonia. En esa carta, Jeremías les aconsejaba construir casas y vivir en ellas, plantar árboles frutales y comer de los frutos que dieran, porque tendrían que estar muchos años cautivos en Babilonia.


y todos ellos vinieron desde todos los lugares donde estaban dispersos para establecerse en Judá junto al gobernador Godolías, que estaba en Mispá. Allí se dedicaron a cosechar frutos de verano y vino en abundancia.


Por eso me enfurecí y destruí Jerusalén y las demás ciudades de Judá.


Esto es lo que dice el Dios todopoderoso: Los israelitas que queden con vida serán buscados por todas partes, lo mismo que el vendimiador rebusca los racimos entre los pámpanos.


Tú, Dios mío, tú eres justo. Por eso nos sentimos muy avergonzados. Así se sienten los que viven en Jerusalén y también los que viven en los países lejanos, adonde los expulsaste por haber pecado contra ti.


Escuchad, israelitas, esta palabra que Dios pronuncia contra vosotros, contra todo el pueblo al que Dios hizo salir de Egipto: De todos los pueblos de la tierra, solo a vosotros os elegí, solo a vosotros os saqué de Egipto. Por eso voy a haceros pagar toda la maldad que habéis cometido.


Pues mira, si tengo que ver estas cosas, prefiero que me quites la vida a seguir viviendo.


Por eso yo, el Dios de Israel, os digo esto: También yo tengo planes contra vosotros: estoy planeando enviaros una desgracia de la que no podréis libraros. Os vienen tiempos tan difíciles que ya no os quedará ni pizca de orgullo.


Moisés continuó diciendo: —Ahora ya conocéis las bendiciones que recibiréis si obedecéis a Dios, y las maldiciones que recibiréis si no le obedecéis. Si Dios os castiga y os envía lejos de vuestro país, pensad en todo esto que os he dicho.


Y todos ellos decían a las montañas y a las rocas: —Caed sobre nosotros, para que no nos vea el que está sentado en el trono y no caiga sobre nosotros la ira del Cordero.


En aquellos días la gente querrá morirse, pero no lo conseguirá; buscará la muerte, pero la muerte huirá de ellos.


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