Jeremías 52:4 - Biblia Lenguaje Básico4 El día diez del mes décimo, el mes de Tébet, durante el noveno año del reinado de Sedecías, el rey Nabucodonosor se puso en camino con todo su ejército para atacar Jerusalén. Acampó frente a la ciudad y construyó rampas para atacarla mejor. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19604 Aconteció, por tanto, a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y acamparon contra ella, y de todas partes edificaron contra ella baluartes. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente4 Así que el 15 de enero, durante el noveno año del reinado de Sedequías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, dirigió a todo su ejército contra Jerusalén. Rodearon la ciudad y construyeron rampas de asalto contra las murallas. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)4 Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. El año nueve del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes del año, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército a atacar a Jerusalén, instaló su campamento frente a la ciudad y la rodeó de trincheras. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion4 y en el noveno año de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, Nabucodonosor rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalem, y acampó contra ella y levantaron torres de asedio en derredor. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19754 Por eso, en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el día diez del mes, llegó Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, acampó frente a ella y construyó un muro de asedio alrededor. Gade chapit la |
Por eso el rey Sedecías y sus soldados hicieron una abertura en la muralla que rodeaba la ciudad. Salieron por la puerta que estaba entre las dos murallas, junto a los jardines del rey, y esa noche se escaparon. Salieron corriendo a la zona del desierto. Mientras tanto, los soldados de Babilonia seguían rodeando la ciudad.
Habían pasado veinticinco años desde que llegamos presos a Babilonia, y catorce años desde la destrucción de Jerusalén. El día diez del primer mes, el mes de Abib, al comenzar el año, Dios me llenó de su poder y me llevó al territorio de Israel. Allí me colocó sobre una montaña muy alta y, al mirar hacia el sur, pude ver muchas construcciones, como las de una ciudad.