Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 50:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Mi pueblo ha perdido el rumbo; ha vivido como un rebaño perdido, pues sus jefes no supieron dirigirlo. Por eso anduvo por las montañas, extraviado y sin rumbo fijo; ¡hasta olvidó su lugar de descanso!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »Mi pueblo ha sido como ovejas perdidas. Sus pastores los llevaron por mal camino y los dejaron sueltos en las montañas. Perdieron su rumbo y no recuerdan cómo regresar al redil.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Los de mi pueblo eran ovejas perdidas; sus pastores las habían descarriado y las hacían vagar por los cerros: ya no conocían su corral.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Mi pueblo era como un rebaño perdido, que sus pastores descarriaron y abandonaron en los montes, y han estado vagando de collado en collado, olvidándose de su aprisco.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Ovejas perdidas, eso era mi pueblo. Sus pastores las habían descarriado haciéndolas vagar por las montañas. Del monte al collado caminaban olvidando su majada.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 50:6
36 Referans Kwoze  

Dios mío, tú has sido bueno conmigo; ya puedo dormir tranquilo.


Ando como oveja perdida; ven a buscarme, pues soy tu servidor y tengo presente tus mandamientos.


Me haces descansar en verdes pastos, y para calmar mi sed me llevas a tranquilas aguas.


Tú eres mi refugio; tú me libras del peligro, y haces que celebre con cánticos mi liberación.


Oración de Moisés. Dios mío, tú has sido siempre nuestro refugio.


El que vive bajo el cuidado del Altísimo, el que experimenta la protección del Todopoderoso


El buey y el burro conocen a su dueño y saben quién les da de comer; pero Israel, el pueblo que formé, no entiende.


Por tanto, esto dice el Santo de Israel: Convertíos, permaneced en calma, y alcanzaréis la salvación; confiad en mí, estad tranquilos y quedaréis a salvo. Pero vosotros me rechazáis y decís;


brindarán protección y refugio contra toda clase de peligros.


Todos andábamos como ovejas extraviadas, caminando cada uno a su capricho; pero Dios hizo recaer en su Siervo el castigo que nosotros merecíamos.


Los gobernantes son unos necios que no ha sabido buscar a Dios. Por eso fracasaron y han hecho de nosotros un rebaño de ovejas perdidas.


Honrad a vuestro Dios, antes de que él mande las tinieblas y tropecéis en medio de la oscuridad. Esperáis la luz de la salvación, pero Dios la cambiará en profunda oscuridad.


Hace tiempo que rompisteis los lazos que nos unían, diciendo: «No seguiremos siendo esclavos». Y en lo alto de las colinas y bajo todo árbol frondoso, disteis culto a otros dioses.


Ninguna novia se olvida de su vestido o de sus joyas; vosotros, en cambio, que sois mi pueblo, hace mucho que os olvidasteis de mí.


Esto dice el Dios de Israel: ¡Qué mal les va a ir a esos dirigentes de mi pueblo que ni saben gobernarlo ni se preocupan por él. Al contrario, lo extravían y destrozan comportándose como los pastores que abandonan a sus ovejas. Pues bien, voy a castigaros por vuestras malas acciones —así os lo aseguro yo que soy vuestro Dios—.


De nada nos sirve ir a las colinas, ni lanzar nuestros gritos en las montañas. Solamente en ti, Dios nuestro, hallaremos nuestra salvación.


Cuando Josías era rey, Dios me dijo: —Jeremías, ¿te has fijado en lo que ha hecho mi pueblo Israel? Se ha comportado como una esposa infiel. En los santuarios de las colinas y bajo la sombra de cualquier árbol adora a dioses extraños.


Esto dice también el Dios todopoderoso: Este lugar está ahora arrasado, y no hay en él personas ni animales. Pero yo os aseguro que alrededor de las ciudades volverán a existir praderas donde los pastores apacienten las ovejas. Las apacentarán en la región montañosa, en todos los pueblos de Judá y de la llanura, en el desierto del sur, en el territorio de Benjamín y en los pueblos cercanos a Jerusalén.


Israel es un pueblo que ha vivido como oveja perdida, siempre en peligro de ser devorada por los leones. El primero en devorar a Israel fue el rey de Asiria; luego vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, que lo devoró hasta los huesos.


Yo haré que Israel regrese a su propia tierra donde yo le daré alimento en el monte Carmelo, en la región de Basán y en las montañas de Efraín y Galaad.


Todo esto os sucederá por haber engañado a mi pueblo; por haberle asegurado que todo estaba bien, cuando en realidad todo estaba mal. Os portabais como quien trata de tapar con yeso una pared agrietada. ¡Y esa pared se vendrá abajo!


Yo cuidaré de mi pueblo como cuida un buen pastor a sus ovejas. Mi pueblo anda perdido, pero yo lo buscaré. Se ha apartado del camino, pero yo lo haré volver. Anda herido, pero yo vendaré sus heridas. Está débil, pero yo le daré fuerzas. Y aun cuando esté gordo y fuerte, cuidaré de él.


Id solamente a los israelitas que viven como si fueran ovejas perdidas.


Jesús respondió: —Dios me envió para ayudar solo a los israelitas, porque ellos son para mí como ovejas perdidas.


Jesús vio la gran cantidad de gente que lo seguía y sintió gran compasión por ellos, pues estaban cansados y desalentados. Eran como ovejas que no tienen un pastor que las cuide.


Antes andabais como ovejas perdidas, pero ahora habéis regresado a Cristo, que es como un pastor que os cuida y os protege.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite