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Jeremías 50:15 - Biblia Lenguaje Básico

15 Lanzad el grito de guerra contra ella: «¡Babilonia se ha rendido! ¡Sus torres se derrumban! ¡Sus murallas caen por los suelos!». ¡Y ahora vosotros haced con ella lo mismo que ella hizo con vosotros! ¡Esta es mi venganza contra Babilonia!

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Biblia Reina Valera 1960

15 Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Lancen gritos de guerra contra Babilonia desde todas partes. ¡Miren! ¡Se rinde! Sus murallas han caído. Es la venganza del Señor, así que vénguense también ustedes. ¡Háganle lo mismo que ella les hizo a otros!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 De todas partes han lanzado contra ella gritos de guerra y se ha rendido. Han caído sus torres de defensa, se han derrumbado sus murallas. Ustedes que son los instrumentos de la cólera de Yavé, ¡hagan con ella lo mismo que hizo con ustedes!

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¡Lanzad el alarido en torno a ella! Ella tiende sus manos:° Sus baluartes han caído, Sus muros están derribados. Tomad venganza sobre ella, porque es la venganza de YHVH. Como ella ha hecho, hacedle a ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 dad alaridos frente a ella en derredor. Ella tiende su mano; sus habitantes se desploman, se derrumban sus murallas. Es la venganza de Yahveh; vengaos de ella. Como ella hizo, hacedle a ella.

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Jeremías 50:15
44 Referans Kwoze  

para castigar y tomar venganza de pueblos y naciones.


Dios mío, tú eres el juez de la tierra; ¡hazte presente, entra en acción y castiga a los culpables! ¡Da su merecido a los soberbios!


Ha utilizado la justicia como escudo y se ha puesto la salvación como casco; se ha vestido con la túnica de la venganza y se ha cubierto con el manto de la ira


para castigar a sus enemigos y dar a cada cual su merecido.


Dios también me ha enviado para anunciar que ha llegado el tiempo en que él nos va a salvar y va a vengarse de nuestros enemigos. Me ha enviado para consolar a los tristes,


Consideré que ya era tiempo de hacer justicia y salvar a mi pueblo.


Es el día que tiene reservado el todopoderoso Dios de Israel para vengarse de sus enemigos. La espada se empapará de sangre y acabará por matar a todos. Allá en el país del norte, a la orilla del río Éufrates, el todopoderoso Dios de Israel dará muerte a muchos.


Así pues, poned cerco a Babilonia; preparaos para atacarla, a disparar contra ella vuestras flechas, porque ha pecado contra mí.


Yo, el todopoderoso Dios de Israel, tengo algo pendiente con Babilonia. Ya he abierto mi depósito de armas y sacaré las más destructivas. Estoy muy enfurecido y haré pedazos a los babilonios.


¡No hay otro Dios como yo! ¡No hay quien me pueda desafiar! ¡No hay rey que se me oponga! Yo atacaré a Babilonia de repente, como ataca el león a su presa. Yo elegiré quien los gobierne.


Así pues, afilad las flechas y tened preparados los escudos, pues he decidido que los reyes de Media, destruyan por completo Babilonia. Los babilonios destruyeron mi Templo y ahora yo quiero vengarme de ellos.


Voy a enviaros muchos enemigos que cantarán victoria sobre vosotros. Yo soy el Dios todopoderoso y os aseguro que así lo haré.


Y haré que Babilonia y todos los habitantes de Caldea paguen ante vuestros propios ojos todo el mal que hicieron a Jerusalén. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


En cuanto a ti, Babilonia, a quien llaman «máquina de la destrucción» porque con tu poder destruyes la tierra, voy a lanzarme contra ti y hacer que ruedes por el precipicio; ¡te convertiré en una máquina inservible!


Los soldados de Babilonia ya no tienen valor para luchar. Débiles y llenos de miedo, se han refugiado en sus torres; mientras tanto, el enemigo quema casas y derriba puertas.


Pues bien, esto es lo que os digo: Por todo lo que los babilonios han hecho con vosotros, yo os voy a hacer justicia, y voy a vengarme de ellos. Dejaré sin agua sus ríos, secaré sus manantiales


Bel es el dios de Babilonia, pero yo lo voy a castigar: ¡haré que vomite lo que se comió! Las naciones ya no vendrán a adorarlo, y las murallas de Babilonia serán derribadas.


Esto dice el todopoderoso Dios de Israel: La ancha muralla de Babilonia será derribada por completo, y sus majestuosas puertas serán quemadas. ¡De nada habrá servido tanto esfuerzo de las naciones y de los pueblos, pues todo acabará en el fuego!


¡Salid ya de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! ¡No tenéis por qué morir por culpa de los babilonios! Finalmente ha llegado la hora en que voy a vengarme de ellos. ¡Voy a darles su merecido!


Luego dirás: «Así como este rollo de cuero se ha hundido en el río, también Babilonia se hundirá y nunca más volverá a recuperarse del castigo que Dios le va a enviar». Aquí termina todo lo que Jeremías dijo.


¡A nuestros peores enemigos tenemos que pedirles alimento!


Con ello me sentiré satisfecho y se calmará mi ira. Así lo afirmo yo que soy vuestro Dios.


Nuestro Dios pide que le seamos fieles. Cuando se enoja, toma venganza de sus enemigos y de sus contrarios.


Si sois muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con vosotros, y os tratará como vosotros tratéis a los demás.


Porque esos días serán días que Dios utilizará para castigar a los rebeldes, tal como estaba anunciado en las Escrituras.


y no busquéis la venganza, sino dejad que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en las Escrituras Dios dice: «A mí me corresponde vengarme. Yo daré a cada cual su merecido».


El mal que hacemos demuestra que Dios es justo cuando se enfada y nos castiga. ¿Vamos a decir por eso que Dios es injusto?


que voy a afilar mi espada, para vengarme de mis enemigos. ¡Voy a dar su merecido a esa gente que me odia!


Y vosotros, pueblos vecinos, alegraos junto con el pueblo de Dios, porque Dios vengará la muerte de sus siervos. Dios se vengará de sus enemigos, y limpiará de pecado a su pueblo y a su tierra».


Por eso debéis tener en cuenta que Dios no tendrá compasión de quienes no se compadecieron de otros. Pero los que tuvieron compasión de otros, saldrán bien del juicio.


Cuando los sacerdotes tocaron sus trompetas, los soldados gritaron con todas sus fuerzas y los muros se derrumbaron. Entonces todo el ejército entró en la ciudad, y cada soldado la atacó hasta conquistarla.


Después de eso, ellos darán un toque largo. En cuanto lo oigáis, todos gritaréis con fuerza y los muros de la ciudad se vendrán abajo; entonces cada uno asaltará la ciudad por el lugar donde se encuentra.


Tus enemigos derramaron la sangre de tu pueblo santo y también de tus profetas. Por eso ahora tú les das a beber sangre. ¡Bien merecido lo tienen!


Devolvedle todo el mal que ella hizo con otros; hacedle pagar el doble de todo lo malo que ha hecho; Haced que pase dos veces por la misma amarga experiencia que otros tuvieron por su culpa.


porque Dios juzga con justicia y de acuerdo con la verdad. Ha castigado a la gran prostituta, que enseñó a todo el mundo a adorar a dioses falsos. Al castigarla, ha vengado la muerte de los servidores de Dios.


Pero Samuel dijo: —Así como dejaste sin hijos a tantas mujeres, así también tu madre va a sufrir la muerte de su hijo. Y allí mismo en Guilgal, en presencia de Dios, Samuel cortó en pedazos a Agag.


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