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Jeremías 47:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 Esto es lo que dice el Dios de Israel: Desde el norte vienen los babilonios; son un ejército que todo lo destruye: ciudades enteras con sus habitantes. ¡Parecen un río desbordado! Todos los habitantes del país se lamentan y piden auxilio.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esto dice el Señor: «Del norte viene un diluvio que inundará la tierra. Destruirá la tierra y todo lo que hay en ella, tanto las ciudades como sus habitantes. La gente gritará de terror, y todos en la tierra gemirán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Así dijo Yavé: Desde el norte llegan aguas desbordadas: es un río caudaloso, que inunda el país y cuanto él contiene, las ciudades y sus habitantes. Por todas partes se escuchan gritos, y los habitantes del país se lamentan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Así dice YHVH: He aquí, aguas que se alzan del norte, Ya son un torrente inundador, Que inunda la tierra y su plenitud, Las ciudades y los que en ellas habitan: Claman los hombres, Se lamenta todo morador de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Así dice Yahveh: 'Mirad: crecen aguas del norte y se convierten en torrente desbordante. Inundan el país y lo que contiene, las ciudades y sus habitantes. Gritan los hombres, y ululan todos los habitantes del país

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Jeremías 47:2
32 Referans Kwoze  

Salmo de David. Dios es dueño de toda la tierra y de todo lo que hay en ella; también es dueño del mundo y de todos sus habitantes.


Si yo tuviera hambre, no te pediría de comer, pues soy el dueño del mundo y de todo cuanto hay en él.


Que se alegren los cielos. Que salte la tierra de alegría. Que ruja el mar con todo lo que contiene.


¡Que se unan a la alabanza el mar y todo lo que contiene, el mundo y todos sus habitantes!


¡Gritad de dolor, ciudades filisteas temblad llenas de miedo! Porque del norte llega un ejército como un negro nubarrón, y todos sus soldados están listos para la batalla.


En todo el territorio de Moab se escucha a la gente pedir auxilio; sus gritos llegan hasta Egláin y se oyen en Beer Elín.


Palabra de Dios sobre el Valle de la Visión: «¿Qué pasa en Jerusalén? ¿Por qué todos suben a las azoteas?


porque usaré como guías la justicia y la rectitud». Vuestro refugio en la mentira será destruido, el agua arrasará esa falsa esperanza.


La tierra entera temblará de miedo al ver que Dios viene como río desbordado al que empuja su aliento divino.


Entonces Dios me explicó: —Desde el norte voy a enviar un terrible castigo sobre todos los que viven en este país.


Todo el mundo está enterado de que habéis sido derrotados; por todas partes se escuchan tus gritos de dolor; chocan los guerreros unos contra otros, y ruedan por el suelo.


Cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino para atacar a los egipcios, Dios dio este mensaje al profeta Jeremías:


Egipto es una hermosa nación, pero será atacada por un enemigo del norte.


¡Egipto quedará humillado! ¡Caerá bajo el poder de Babilonia!


¡Todos en Moab lloran a gritos porque su nación ha quedado destrozada! Sus ruinas producen espanto; son motivo de burla para todos sus vecinos.


Mirad, un pueblo viene del norte, una poderosa nación llega desde una región muy lejana.


Desde la ciudad de Dan se escucha cómo relinchan y resoplan los caballos, y cómo hacen temblar toda la tierra. ¡Viene el ejército enemigo a destruir Jerusalén y a todos sus habitantes! ¡Se acerca el enemigo, para destruir el país y todo lo que hay en él!


Ese malvado derrotará por completo a los ejércitos enemigos, y también al príncipe con quien había hecho un tratado.


Pero también destruye a sus enemigos; los arrastra como un río desbordado, ¡los persigue hasta en la oscuridad!


Pero si alguien os dice: «Esta es una carne sacrificada en honor de los ídolos», entonces no la comáis, para evitar problemas. Tal vez tú no tengas problemas en comerla, pero otras personas sí pueden tenerlos. A mí realmente no me gusta la idea de no poder hacer algo, solo porque otra persona piense que está mal,


Ahora escuchadme vosotros, los ricos: llorad y gritad de dolor por todo lo que muy pronto vais a sufrir.


Entonces se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y me dijo: —Ven; te voy a enseñar el castigo que le espera a esa gran prostituta que está sentada a la orilla de ríos caudalosos.


El ángel también me dijo: —Las aguas que has visto, y sobre las que está sentada la prostituta, representan a multitud de pueblos y a gente de diferentes idiomas y países.


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