Jeremías 44:15 - Biblia Lenguaje Básico15 Entonces todos los judíos que vivían en Egipto, en la región de Patros, y que sabían que sus mujeres rendían culto a otros dioses, reunidos en una gran asamblea con todas las mujeres presentes respondieron a Jeremías: Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196015 Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo: Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente15 Entonces todas las mujeres presentes y todos los hombres que sabían que sus esposas habían quemado incienso a los ídolos —una gran multitud de todos los judíos que vivían en el norte y en el sur de Egipto— le contestaron a Jeremías: Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)15 Entonces todos aquellos hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a dioses extranjeros, todas las mujeres que estaban presentes y todo el pueblo establecido en Egipto, en Patrós -en total una gran muchedumbre-, respondieron a Jeremías: Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion15 Entonces, todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, una gran concurrencia de mujeres allí presentes, y todo el pueblo que moraba en Patros, en tierra de Egipto, respondieron a Jeremías diciendo: Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197515 Entonces todos los hombres que sabían que sus mujeres incensaban a otros dioses, todas las mujeres que estaban presentes -una gran asamblea- y todo el pueblo que habitaba en el país de Egipto y en Patrós, respondieron a Jeremías en estos términos: Gade chapit la |
Este es el mensaje que Jeremías recibió de parte del todopoderoso Dios de Israel para los judíos que vivían en las ciudades egipcias de Migdol, Tafnes y Menfis, y en la región de Patros: —Jeremías, adviérteles que ya han visto el desastre que causé en la ciudad de Jerusalén y en todas las ciudades de Judá. Yo les envié terribles calamidades y esas ciudades quedaron en ruinas hasta el punto de que ahora nadie vive en ellas.
Si alguien os invita a adorar a otros dioses, cercanos o lejanos, no aceptéis esa invitación. Al contrario, deberéis condenar a muerte a esa persona y ser los primeros en quitarle la vida. No le tengáis compasión, sin importaros si es vuestro propio hermano, vuestro hijo o vuestra hija, y hasta vuestra mujer o vuestro mejor amigo. No perdonéis su pecado, sino que debéis matar a pedradas a esa persona. Eso es lo que se merece cualquiera que trate de alejaros del Dios de Israel, que fue quien os sacó de Egipto y os dio la libertad. Así daréis un buen ejemplo a todo el pueblo, que sentirá temor y no volverá a cometer tal pecado.