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Jeremías 3:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Cuando Josías era rey, Dios me dijo: —Jeremías, ¿te has fijado en lo que ha hecho mi pueblo Israel? Se ha comportado como una esposa infiel. En los santuarios de las colinas y bajo la sombra de cualquier árbol adora a dioses extraños.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Me dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Durante el reinado de Josías, el Señor me dijo: «¿Te has dado cuenta de lo que ha hecho la caprichosa Israel? Como una esposa que comete adulterio, Israel ha rendido culto a otros dioses en cada colina y debajo de todo árbol frondoso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yavé me dijo, cuando era rey Josías: '¿Has visto lo que ha hecho la infiel de Israel? Se ha entregado en cualquier cerro alto y bajo cualquier árbol verde.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 En los días del rey Josías me dijo YHVH: ¿Has visto lo que hace la apóstata Israel? Ella anda sobre todo monte alto y bajo todo árbol frondoso, y allí fornica.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 En tiempo del rey Josías, Yahveh me dijo: '¿Has visto lo que ha hecho la apóstata Israel? Iba a toda montaña elevada, bajo todo árbol frondoso, para prostituirse allí.

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Jeremías 3:6
24 Referans Kwoze  

Construyeron santuarios locales, hicieron imágenes de piedra y madera en honor de la diosa Astarté, y las colocaron tanto en lo alto de las colinas, como debajo de cualquier árbol frondoso.


Josías comenzó a reinar a los ocho años. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró treinta y un años.


Al cometer tales acciones, se corrompieron a sí mismos y resultaron culpables.


Acercaos, hijos de hechicera, gente infiel y malvada.


Sobre un monte alto y empinado pusisteis vuestras camas, y subisteis allí a ofrecer sacrificios.


Sus antepasados se negaron a obedecerme y ellos hacen lo mismo, pues adoran a otros dioses. ¡Ni el pueblo de Israel ni el de Judá han cumplido el pacto que hice con sus antepasados!


Los altares y las imágenes de Astarté que vosotros levantasteis junto a los grandes árboles y en las altas colinas es algo que hasta vuestros hijos recuerdan. Habéis pecado sin límite en todo vuestro territorio; por eso entregaré a vuestros enemigos todos vuestros bienes y riquezas.


Aunque supo que yo rechacé a Israel por todas sus infidelidades, Judá no sintió miedo y también ella me fue infiel dando culto a otros dioses.


¡Deja ya de andar perdido! ¡Deja ya de serme infiel! Yo soy el Dios de Israel y he creado algo nuevo y sorprendente: ¡La mujer será la que corteje al hombre!


Pero vuestros antepasados no me obedecieron ni me prestaron atención; al contrario, fueron tercos y actuaron con maldad. Fue así como, en vez de mejorar, empeoraron.


¡Jerusalén, te comportas como una mujer que engaña a su marido! En realidad, te has portado peor que una prostituta. Porque la prostituta cobra por tener relaciones sexuales con alguien; tú, en cambio, cuando adoras a otros ídolos, lo haces a cambio de nada; es más, eres tú quien hace regalos a la gente para que vengan de todas partes a adorar juntos a los ídolos en los altares que construiste en las plazas y las esquinas.


Por lo tanto, ciudad infiel, presta atención a lo que voy a decirte: Como no te dio vergüenza adorar descaradamente a los ídolos de otras naciones, y como les ofreciste la sangre de tus hijos,


Cuando yo les entregué la tierra que había prometido darles, ellos hicieron pequeños templos en lo alto de las colinas y allí, bajo árboles frondosos, presentaban a los dioses falsos toda clase de ofrendas, provocando así mi ira.


Oholibá se dio cuenta de lo que había sucedido con Oholá, pero no aprendió la lección, sino que se enamoró locamente de los asirios, de sus dirigentes y oficiales, que eran jóvenes muy bien parecidos y vestían elegantes uniformes, además de saber montar a caballo. Oholibá resultó peor que su hermana. En cierta ocasión, vio dibujados en las paredes a unos babilonios. Estaban pintados de rojo y, a juzgar por su modo de vestir, parecían ser oficiales de alto rango.


Pueblo mío, ya lo has decidido; me abandonaste por otros dioses. Los crees más fuertes que yo, pero no podrán ayudarte.


Suben a lo alto de las colinas, y bajo la sombra de cualquier árbol presentan ofrendas a sus dioses. También vuestras hijas y vuestras nueras adoran a otros dioses


Sin embargo, ellos no prestaron atención a esos jefes, ni fueron obedientes a Dios, sino que adoraron a otros dioses. Sus antepasados habían cumplido los mandamientos del Dios verdadero, pero ellos no los cumplieron.


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