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Jeremías 3:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 Entonces los reinos de Israel y de Judá volverán a unirse y desde un país del norte volverán a la tierra que os di como herencia a vuestros antepasados.

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Biblia Reina Valera 1960

18 En aquellos tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 En aquellos días la gente de Judá y la gente de Israel volverán juntas del destierro del norte. Regresarán a la tierra que les di a los antepasados de ustedes como herencia perpetua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Por ese mismo tiempo los hijos de Judá y los de Israel harán el camino juntos desde las tierras del norte a la tierra que di en herencia a sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 En aquellos días la casa de Judá andará con la casa de Israel, y juntas vendrán desde la tierra del norte a la tierra que di en posesión a vuestros padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 En aquellos días, la casa de Judá irá con la casa de Israel, y vendrán juntas del país del norte al país que di en herencia a vuestros padres.

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Jeremías 3:18
22 Referans Kwoze  

Allí Dios se le apareció y le dijo: —Toda esta región se la daré a tus descendientes. Como Dios se le apareció allí, Abrán le construyó en aquel lugar un altar.


No tengas miedo; yo siempre estaré contigo sin que importe dónde estés; te llamaré, haré que regreses a tu tierra y volverás a ser mi pueblo.


Les diré a las naciones tanto del sur como del norte: "Devolvedme a mi pueblo; dejad que mis hijos y mis hijas, vuelvan de los lugares más lejanos.


sino que jurarán por el Dios que los sacó del país de los asirios y de todos los países adonde los llevó desterrados. Porque yo haré que vuelvan a la tierra que di a sus antepasados.


Más bien, se dirá: «¡Lo juro por Dios, que sacó al pueblo de Israel del país del norte y de todos los países adonde lo había expulsado para que de nuevo habitara en su propio país!».


Así que dirígete al norte y anuncia este mensaje: Israel, pueblo infiel, ¡vuélvete a mí! No voy a mantener mi enfado para siempre, y te recibiré con los brazos abiertos, porque soy un Dios bondadoso. Tan solo te pido que reconozcas tu culpa, que admitas que te rebelaste contra mí, que no has querido obedecerme, y que bajo la sombra de cualquier árbol frondoso has adorado a otros dioses. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Viene el día en que haré volver de la cautividad a Israel y a Judá. Los dos son mi pueblo, y los traeré a la tierra que di a vuestros antepasados. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Yo os haré volver de Babilonia; os haré volver de todos los rincones del mundo, y os llevaré a vuestra tierra. Serán muchos los que vuelvan. Volverán los ciegos y los cojos, las que estén embarazadas, y las que llevan bebés en brazos.


Cuando llegue ese día, perdonaré a los que quise dejar con vida. Y nadie volverá a recordar el pecado de Israel y de Judá.


Cuando todo esto suceda, la gente de Israel y de Judá vendrá llorando a buscarme, a mí que soy su Dios, el Dios de Israel.


Preguntarán cómo llegar a Jerusalén y hacia allá se dirigirán. Al llegar, se reunirán conmigo para hacer un pacto eterno, del cual nunca más se olvidarán.


Diles también que yo les prometo hacer que regresen de las naciones por donde los dispersé. Y cuando ya los haya reunido, les devolveré la tierra de Israel.


Ese día será grandioso, pues la gente de Judá y de Israel volverá a Jerusalén de todas partes; se reunirán de nuevo en una nación y tendrán un solo rey.


Yo mismo os plantaré en vuestra tierra, y nadie volverá a arrancaros de la tierra que os di. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Yo soy vuestro Dios y escucho las oraciones de mi pueblo. Yo fortaleceré a la gente de Judá y salvaré a todos los israelitas; los haré volver a su tierra, mostrándoles mi compasión; y será como si nunca los hubiera rechazado.


Le pregunté a dónde iba, y me dijo: «Voy a medir la ciudad de Jerusalén. Quiero saber cuánto mide de largo y cuánto de ancho».


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