Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 3:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 ¡Volved a mí, hijos rebeldes, yo soy vuestro dueño! De cada ciudad tomaré a uno de vosotros, y de cada familia tomaré a dos, y os traeré a Jerusalén.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion;

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 »”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados —dice el Señor—, porque yo soy su amo. Los traeré de regreso a la tierra de Israel, uno de esta ciudad y dos de aquella familia, de todo lugar donde estén esparcidos.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Vuelvan, hijos rebeldes, dice Yavé, porque yo soy su Dueño. Elegiré de ustedes a uno de esa ciudad y dos de aquella familia y los introduciré en Sión.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Volveos, oh hijos apóstatas, dice YHVH, porque Yo soy vuestro dueño, y os tomaré, uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os traeré a Sión;

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Volved, hijos rebeldes -oráculo de Yahveh-, pues yo soy vuestro dueño, y os tomaré: a uno de una ciudad y a dos de una familia, y os llevaré a Sión.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 3:14
31 Referans Kwoze  

Los mensajeros fueron entonces por todo el territorio llevando el siguiente mensaje escrito, de parte del rey y de los jefes más importantes: —Israelitas, vosotros habéis quedado con vida después del ataque de los reyes de Asiria. Dejad de comportaros tan perversamente como vuestros antepasados que fueron infieles a Dios. Volved a hacer un pacto con el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, y venid al Templo que él mismo eligió para vivir allí por siempre. Si lo hacéis así y servís a vuestro Dios, él dejará de estar enfadado con vosotros y volverá a aceptaros. No seáis tercos como vuestros antepasados, que por ser infieles a Dios fueron castigados con la derrota ante sus enemigos, como bien lo sabéis vosotros mismos. Si volvéis a ser fieles a Dios, él hará que vuestros enemigos dejen en libertad a los israelitas que han sido llevados prisioneros. Nuestro Dios es bueno y compasivo, y no os dará la espalda si os convertís a él. Los mensajeros recorrieron, de ciudad en ciudad, todo el territorio de Efraín y Manasés hasta llegar al de Zabulón. La mayoría de la gente se reía y se burlaba de ellos;


Si yo, el Dios todopoderoso, no hubiera salvado a unos pocos, ahora estaríais igual que Sodoma y Gomorra.


Aunque seáis, israelitas, tan numerosos como la arena del mar, solo unos cuantos volverán, pues la destrucción ya está decidida y Dios la llevará a cabo con justicia.


Aquel día golpeará Dios a todos, desde el río Éufrates hasta el río de Egipto; pero a vosotros los israelitas os volverá a reunir uno por uno, como reúne el campesino las espigas.


Pero vosotros, israelitas, los que un día me ofendisteis, ¡volved a obedecerme!


Yo hice desaparecer tus faltas y pecados como desaparecen las nubes en el cielo. ¡Vuelve a mí, porque yo te di la libertad!».


Dios, que es tu creador, te tomará por esposa. El Dios Santo de Israel es tu salvador; es el Dios todopoderoso y reina en toda la tierra.


Arrepentíos, pues, y convertíos a Dios que es compasivo y está siempre dispuesto a perdonar. «Que abandonen los malvados sus proyectos y los criminales su mala conducta.


A causa de tu pecado por un tiempo estuve irritado contigo; entonces te castigué y me alejé de ti. Pero tú, obedeciendo tus caprichos, seguiste rebelándote contra mí.


Y si de cien personas quedan solo diez, hasta esas diez serán destruidas. Quedarán como árboles talados, de los que solo queda el tronco. Pero de ese tronco brotará una descendencia santa.


Vuestras propias rebeliones y maldades demuestran que sois culpables. Reflexionad y reconoced lo malo y triste que es abandonarme y no honrarme a mí, vuestro Dios. Soy yo, el Dios todopoderoso, quien lo asegura.


—Jeremías, ve y diles de mi parte a todos los habitantes de Jerusalén: Yo recuerdo, pueblo de Israel, que en tus primeros años me amabas solo a mí. Parecías una novia enamorada y me seguiste por el desierto, por tierras donde nada crece. Tú eras solo mío; ¡fuiste mi primer amor! Si alguien te hacía algún daño, sufría las consecuencias. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Sin embargo, yo mismo reuniré a lo que quede de mi pueblo, haré que vuelva a este país desde las naciones donde lo dispersé y haré que prospere y se convierta en una gran nación.


Estaré con vosotros y pondré fin a vuestra condición de esclavos. Os reuniré de todas las naciones por donde os haya dispersado y os haré volver a Jerusalén. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Supongamos que un hombre se divorcia, y que luego la que era su mujer se casa con otro hombre; ¿tú crees que el primer marido volvería a casarse con esa mujer? ¡Claro que no, pues sería como una tierra deshonrada! Entonces, ¿cómo es que quieres volver conmigo habiendo adorado a tantos dioses? Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Así que dirígete al norte y anuncia este mensaje: Israel, pueblo infiel, ¡vuélvete a mí! No voy a mantener mi enfado para siempre, y te recibiré con los brazos abiertos, porque soy un Dios bondadoso. Tan solo te pido que reconozcas tu culpa, que admitas que te rebelaste contra mí, que no has querido obedecerme, y que bajo la sombra de cualquier árbol frondoso has adorado a otros dioses. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Aunque supo que yo rechacé a Israel por todas sus infidelidades, Judá no sintió miedo y también ella me fue infiel dando culto a otros dioses.


Cuando lleguen a Jerusalén, lo harán entre cantos de alegría disfrutando de mis bendiciones. Yo les daré trigo, vino y aceite, y también vacas y ovejas. Serán como un jardín bien regado, y nunca más perderán su fuerza.


En el pasado, tomé de la mano a vuestros antepasados y los saqué de Egipto, y luego hice un pacto con ellos. Pero no lo cumplieron, a pesar de que yo era su Dios. Por eso, mi nuevo pacto con el pueblo de Israel será este: «Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Soy yo, Dios, quien lo asegura».


Muy pronto los guardias gritarán por las colinas de Efraín: «¡Venid, vayamos a Jerusalén, y adoremos a nuestro Dios!».


Tiempo atrás, mis profetas hablaron con vuestros antepasados y les dijeron que no siguieran pecando contra mí. Pero ellos no me escucharon ni me hicieron caso. Yo soy vuestro Dios, y os aseguro que así fue.


Además, el profeta Isaías dijo acerca de los israelitas: Aunque los israelitas sean tantos como los granos de arena en la playa, solo unos cuantos se salvarán.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite