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Jeremías 3:12 - Biblia Lenguaje Básico

12-13 Así que dirígete al norte y anuncia este mensaje: Israel, pueblo infiel, ¡vuélvete a mí! No voy a mantener mi enfado para siempre, y te recibiré con los brazos abiertos, porque soy un Dios bondadoso. Tan solo te pido que reconozcas tu culpa, que admitas que te rebelaste contra mí, que no has querido obedecerme, y que bajo la sombra de cualquier árbol frondoso has adorado a otros dioses. Soy yo, Dios, quien lo asegura.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Ve y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Por lo tanto, ve y dale este mensaje a Israel. Esto dice el Señor: »“Oh Israel, mi pueblo infiel, regresa otra vez a mí, porque yo soy misericordioso. No estaré enojado contigo para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Sal a gritar estas palabras, al norte: 'Vuelve, Israel infiel, dice Yavé. No me enojaré con ustedes, porque soy bueno, ni les guardaré rencor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Ve y proclama estas palabras hacia el norte, y di: ¡Vuélvete, oh apóstata Israel!, dice YHVH. No haré caer mi ira sobre vosotros, Porque soy misericordioso, dice YHVH. No estaré enojado para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Ve y proclama estas palabras hacia el norte y di: Conviértete, apóstata Israel -oráculo de Yahveh-; no os miraré con rostro airado, pues soy misericordioso -oráculo de Yahveh-; no estaré siempre enojado.

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Jeremías 3:12
45 Referans Kwoze  

Si haces lo correcto, podrás llevar la cabeza bien alta; pero si haces lo malo, el pecado se adueñará de ti. Sin embargo, tú puedes dominarlo.


En tiempos de Pecaj, rey de Israel, vino Tiglatpiléser, rey de Asiria, y conquistó las ciudades de Iyón, Abel Bet Maacá, Janóaj, Cadés y Jasor; se apoderó también de Galaad, Galilea y toda la región de Neftalí. A los habitantes de esos lugares se los llevó prisioneros a Asiria.


Por eso Dios los abandonó, tal como había anunciado por medio de sus profetas, y los israelitas fueron llevados prisioneros a Asiria, donde permanecen en el momento presente.


Al final, a los nueve años del reinado de Oseas, el rey de Asiria se apoderó de Samaría y se llevó prisioneros a los israelitas hasta su país. Los estableció en la región de Jalat, en las riberas del río Jabor, en la región de Gozán, y en las ciudades de los medos.


Ezequías, hijo de Ajaz, comenzó a reinar en Judá a los veinticinco años, cuando Oseas hijo de Elá llevaba ya tres años reinando en Israel. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró veintinueve años. Su madre, que era hija de Zacarías, se llamaba Abí.


Pero si hacemos un pacto con nuestro Dios, apartará de nosotros su ira.


En cambio, el amor de Dios siempre será el mismo; Dios ama a quienes lo honran, y siempre hace justicia a sus descendientes,


Mi Dios es tierno y bondadoso; no pierde la paciencia, y es muy grande su amor.


No nos corrige cada día ni nos guarda rencor para siempre.


Dios mío, tú eres tierno y bondadoso; no te enfadas fácilmente, y es muy grande tu amor. Eres bueno con todo lo que has hecho, y de todos tienes compasión.


¿Dios mío, cuánto más tendremos que esperar? ¿Vas a estar siempre enfadado y ardiendo de ira, como el fuego?


Pero tú, mi Dios, eres bondadoso y compasivo; eres paciente y es fiel tu amor.


Dios mío, tú eres bueno y sabes perdonar; ¡qué grande es tu amor con los que te invocan!


Quien no reconoce su pecado jamás prosperará, quien lo confiesa y se corrige alcanzará el perdón.


Pero vosotros, israelitas, los que un día me ofendisteis, ¡volved a obedecerme!


Yo hice desaparecer tus faltas y pecados como desaparecen las nubes en el cielo. ¡Vuelve a mí, porque yo te di la libertad!».


Dios me dijo: —Anuncia todo esto en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Diles que presten atención a las obligaciones de este pacto y que las cumplan.


Más bien, se dirá: «¡Lo juro por Dios, que sacó al pueblo de Israel del país del norte y de todos los países adonde lo había expulsado para que de nuevo habitara en su propio país!».


Supongamos que un hombre se divorcia, y que luego la que era su mujer se casa con otro hombre; ¿tú crees que el primer marido volvería a casarse con esa mujer? ¡Claro que no, pues sería como una tierra deshonrada! Entonces, ¿cómo es que quieres volver conmigo habiendo adorado a tantos dioses? Soy yo, Dios, quien lo asegura.


¡Volved a mí, hijos rebeldes, yo soy vuestro dueño! De cada ciudad tomaré a uno de vosotros, y de cada familia tomaré a dos, y os traeré a Jerusalén.


Entonces los reinos de Israel y de Judá volverán a unirse y desde un país del norte volverán a la tierra que os di como herencia a vuestros antepasados.


¡Volved conmigo, hijos rebeldes, y yo os convertiré en hijos obedientes! Y nosotros te hemos respondido: Dios nuestro, aquí nos tienes. A ti volvemos, porque eres nuestro Dios.


Y pensando que mi enfado no iba a durar para siempre, seguías haciendo el mal.


Después de todo lo malo que había hecho, pensé que se arrepentiría y volvería conmigo; pero no lo hizo. Y el pueblo de Judá se ha comportado igual.


Yo estoy contigo para salvarte: destruiré a todas las naciones por las que te he dispersado. Pero a ti no te destruiré, aunque sí te daré el castigo que mereces. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Pero yo os he dicho: Vosotros sois mi pueblo preferido y os quiero más que a nadie. Es verdad que os riño, pero siempre estoy pensando en vosotros. ¡Os amo de todo corazón! ¡Os tengo un gran cariño! Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Amado pueblo de Israel, ¡regresa ya a tus ciudades! ¡Pon señales en el camino para que puedas encontrarlo!


Yo os haré volver de Babilonia; os haré volver de todos los rincones del mundo, y os llevaré a vuestra tierra. Serán muchos los que vuelvan. Volverán los ciegos y los cojos, las que estén embarazadas, y las que llevan bebés en brazos.


Pues bien, israelitas, esto es lo que yo os digo: Si queréis convertiros a mí, solo tenéis que dejar esos ídolos despreciables y así no tendréis que apartaros de mí.


Sé que el amor de Dios no tiene fin ni su compasión se agota.


Diles también que yo les prometo hacer que regresen de las naciones por donde los dispersé. Y cuando ya los haya reunido, les devolveré la tierra de Israel.


de mi parte que yo no quiero que muera el malvado. Lo que quiero es que abandone su mala conducta y siga viviendo. Cambiad, pues, israelitas, vuestra mala conducta y no tendréis que morir.


Pero ahora esto es lo que os digo yo que soy vuestro Dios: Voy a cambiar vuestra suerte, descendientes de Jacob, voy a tener compasión del pueblo de Israel y voy a procurar que todos honren mi nombre.


Entonces los israelitas dijeron: ¡Volvamos a Dios! Aunque él nos ha castigado mucho, también nos dará su perdón.


Tiempo atrás, mis profetas hablaron con vuestros antepasados y les dijeron que no siguieran pecando contra mí. Pero ellos no me escucharon ni me hicieron caso. Yo soy vuestro Dios, y os aseguro que así fue.


Así pues, si vosotros y vuestros descendientes os arrepentís, y de nuevo decidís obedecer a Dios con toda vuestra mente y todo vuestro ser, cumpliendo las leyes que os he comunicado,


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