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Jeremías 29:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 Vosotros vais a vivir unos setenta años en Babilonia. Cuando se cumpla ese tiempo, os prometo que os haré volver a Jerusalén.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Esto dice el Señor: “Ustedes permanecerán en Babilonia durante setenta años; pero luego vendré y cumpliré todas las cosas buenas que les prometí, y los llevaré de regreso a casa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuando se cumplan los setenta años en Babilonia, los visitaré y cumpliré mi promesa de hacerlos volver a su país.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque así dice YHVH: Cuando se hayan cumplido setenta años para con Babilonia, Yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Porque así dice Yahveh: 'Cuando se hayan cumplido para Babilonia setenta años, os visitaré y haré realidad en vosotros mi buena promesa de volveros a este lugar.

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Jeremías 29:10
22 Referans Kwoze  

De esta manera se cumplió lo que Dios había anunciado por medio del profeta Jeremías; que el territorio de Judá quedaría asolado durante setenta años hasta que el país recuperase todos los días de descanso.


El primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, este rey dio la siguiente orden, de palabra y por escrito, a todos los habitantes de su reino: «Así dice Ciro, rey de Persia: El Dios de los cielos me ha hecho rey de todas las naciones y me ha encargado que le construya un Templo en la ciudad de Jerusalén, que está en la región de Judá. Por tanto, todos los que sean de Judá, tienen mi permiso para ir a Jerusalén. ¡Y que Dios los ayude!». Con esta orden se cumplió lo que Dios había anunciado por medio del profeta Jeremías.


Era el primer año del gobierno de Ciro, rey de Persia. Este rey, impulsado por Dios y para que se cumpliera lo anunciado por medio del profeta Jeremías, dio la siguiente orden, de palabra y por escrito, a todos los habitantes de su reino:


«Esto dice Ciro, rey de Persia: “El Dios de los cielos, que es dueño de todo, me hizo rey de todas las naciones y me encargó que le construya un Templo en la ciudad de Jerusalén, que está en la región de Judá.


Un día entrarás en acción y tendrás compasión de Jerusalén; pues bien, ese día ha llegado. ¡Ya es tiempo de que la perdones! Nosotros amamos sus ruinas, hasta sus piedras y escombros nos causan compasión.


Todo este país quedará convertido en un montón de ruinas, en pura desolación. Y durante setenta años todos quedarán bajo el dominio del rey de Babilonia.


Pasado ese tiempo, yo castigaré por su maldad al rey de Babilonia y a su nación, ¡y ese país quedará destruido para siempre! Soy yo, Dios, quien lo asegura.


serán llevados a Babilonia y que allí se quedarán hasta que Dios decida que sean traídos de nuevo a Jerusalén.


y hasta se había atrevido a enviar una carta a los prisioneros en Babilonia. En esa carta, Jeremías les aconsejaba construir casas y vivir en ellas, plantar árboles frutales y comer de los frutos que dieran, porque tendrían que estar muchos años cautivos en Babilonia.


Y como ha hecho que mi pueblo se rebele contra mí, yo lo voy a castigar. Él y su familia dejarán de formar parte de mi pueblo y no disfrutarán del bienestar que yo le daré a mi pueblo. Soy yo, Dios, quien lo asegura».


Viene el día en que haré volver de la cautividad a Israel y a Judá. Los dos son mi pueblo, y los traeré a la tierra que di a vuestros antepasados. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Viene el día en que cumpliré las promesas de bienestar que hice a la gente de Israel y de Judá.


Diles también que yo les prometo hacer que regresen de las naciones por donde los dispersé. Y cuando ya los haya reunido, les devolveré la tierra de Israel.


Cuando nuestro Dios permita que vuelvan los sobrevivientes de Judá, del país adonde los llevaron presos, él mismo los llevará a vuestras costas para que alimenten allí a sus rebaños. En cuanto a esos supervivientes, pasarán la noche en las casas de Ascalón.


Preguntó, entonces, el ángel de Dios: —Dios todopoderoso, hace ya setenta años que estás enfadado con Jerusalén y con las ciudades de Judá. ¿Cuándo vas a tener compasión de ellas?


comunica esto de mi parte a los sacerdotes y a toda la gente de este país: Durante los últimos setenta años habéis ayunado y hecho duelo todos los meses quinto y séptimo, pero no lo hacíais para honrarme.


Un día, Noemí supo que Dios había bendecido al país de Israel, dándole abundantes cosechas.


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