Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 23:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 Pero los profetas de Jerusalén son aún peores que ellos; no solo me son infieles, sino que viven en la mentira y ayudan a los malvados. No hay uno solo de ellos que quiera cambiar su conducta. ¡Son peores que la gente de Sodoma y de Gomorra!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 ¡Pero ahora veo que los profetas de Jerusalén son aún peores! Cometen adulterio y les encanta la deshonestidad. Alientan a los que hacen lo malo para que ninguno se arrepienta de sus pecados. Estos profetas son tan perversos como lo fue la gente de Sodoma y Gomorra».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Luego vi cosas horrorosas en los profetas de Jerusalén: adulterio, apego a la mentira. Apoyan a los perversos de tal manera, que nadie se arrepiente de su maldad. Para mí son todos ellos como Sodoma, y los habitantes son como los de Gomorra.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Entre los profetas de Jerusalem he visto algo horrible: Adúlteros y mentirosos que apoyan a los malvados, Para que nadie se convierta de su maldad. Todos ellos se me han hecho como Sodoma, Y sus habitantes como Gomorra.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pero en los profetas de Jerusalén observé algo monstruoso: cometer adulterio y proceder con mentira, fortalecer las manos de los malvados, sin que nadie se convierta de su maldad. Para mí, todos ellos son como Sodoma, y sus habitantes, como Gomorra.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 23:14
45 Referans Kwoze  

Los habitantes de Sodoma eran muy malos y cometían muchos pecados contra Dios.


Entonces Dios dijo a Abrahán: —Ya son muchas las quejas que hay en contra de Sodoma y Gomorra, y los pecados que han cometido son muy graves.


En ese momento Dios hizo caer del cielo una lluvia de azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.


Así fue como Dios acabó con las ciudades del valle y sus habitantes, y también destruyó toda la vegetación.


Los propios guías extraviaron al pueblo, y todos equivocaron el camino.


Dios me contestó: —Esos profetas que dicen hablar de mi parte, son unos mentirosos. Yo no los he enviado, ni les he dado ninguna orden. Es más, ni siquiera he hablado con ellos. Sus mensajes son una mentira, ¡un invento de su propia imaginación! Dicen que no habrá guerra ni hambre en este país, pero yo les digo que ellos mismos morirán de hambre o víctimas de la guerra. No solo ellos morirán, sino también sus esposas, sus hijos y sus hijas. Sus cadáveres quedarán tirados por las calles de Jerusalén y no habrá nadie que los entierre. ¡Así les haré pagar su maldad!


Por lo tanto, oíd lo que os digo: Este pueblo dice ser mío, pero preguntad entre las naciones y veréis que ningún otro pueblo ha hecho cosas tan terribles.


¡Ojalá ese hombre termine como las ciudades que Dios destruyó sin compasión! ¡Ojalá se vuelva loco de remate!


A los que desprecian la palabra de Dios les aseguran: «os irá bien»; y a los que obran mal les prometen: «nada malo os pasará».


Si hubieran estado en mi presencia, habrían anunciado mi mensaje; habrían invitado a mi pueblo a dejar su mala conducta.


y cuentan sueños engañosos que no hacen ningún bien a mi pueblo. Dicen que yo les envié, pero no es verdad y lo único que hacen es conducir al error a mi pueblo con sus fantasías y mentiras. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Yo, el todopoderoso Dios de Israel, sé todo lo que han hecho los falsos profetas, y os advierto que voy a entregar a Ajab, hijo de Colaías, y a Sedecías, hijo de Maasías. Los entregaré al rey de Babilonia, porque usaron mi nombre para anunciar cosas que yo jamás les ordené decir. Todo lo que han dicho es mentira. Además, cometieron algo terrible en Israel, pues tuvieron relaciones sexuales con mujeres que no eran sus esposas. Por eso el rey de Babilonia los matará delante de vosotros. Y cuando los que fueron llevados prisioneros a Babilonia quieran maldecir a alguien, dirán: “Que Dios te quite la vida como lo hizo con Ajab y Sedecías a quienes el rey de Babilonia los quemó vivos”. Soy yo, Dios, quien lo asegura».


—Jeremías, ve, y consigue un rollo de cuero para escribir y escribe en él todo lo que te he dicho acerca de Israel, de Judá y de las otras naciones. Escribe todo lo que ha sucedido desde la época del rey Josías hasta hoy.


Quedarás como Sodoma y Gomorra y las ciudades de alrededor. ¡Nadie volverá a vivir en ti!


Cayó Jerusalén, pues ha pecado más de lo que pecó Sodoma. ¡De pronto se vino abajo sin intervención humana!


¿Dónde están esos profetas de Israel que le daban falsos mensajes a Jerusalén? ¿Dónde están los que aseguraban que todo estaba bien, cuando en realidad todo estaba mal? Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Por un puñado de cebada y por unas cuantas migajas de pan, habéis insultado mi nombre delante de mi pueblo. Prometéis larga vida a los que van a morir, y anunciáis muerte a los que deben vivir, haciendo que mi pueblo crea en esas mentiras.


Tus dirigentes se ponen de acuerdo para quitar a la gente sus objetos de valor y para dejar viudas a muchas mujeres. ¡Devoran a la gente como leones feroces que despedazan a su presa!


Por lo que he visto, los de Israel sois gente infiel y desobediente.


A muchos de vosotros os destruí como destruí a las ciudades de Sodoma y de Gomorra. ¡Parecíais brasas recién sacadas del fuego! Pero a pesar de eso, no os arrepentisteis. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Todo esto sucederá por la rebeldía de los israelitas, pues ya son muchos sus pecados. Los de Israel han pecado en la ciudad de Samaría; los de Judá adoraron a otros dioses en la ciudad misma de Jerusalén.


Los sacerdotes, profetas y jueces enseñan, predican o juzgan solo a cambio de dinero. Y para colmo se atreven a decir: «No tenemos nada que temer; ¡Dios está con nosotros!».


Tus profetas son orgullosos, y no se puede confiar en ellos; tus sacerdotes ofenden mi santuario y no cumplen mi ley.


Ese día borraré de la tierra los nombres de los ídolos, y nunca más serán recordados. Acabaré también con sus profetas, que hablaban guiados por malos espíritus.


Yo soy Malaquías. Dios me ha enviado a vosotros, israelitas, para daros este mensaje: «Israelitas, Dios os ama». Pero vosotros preguntáis: «¿Y cómo nos demuestra ese amor?». Dios os responde: Recordad, israelitas, que yo preferí a Jacob y no a Esaú, a pesar de que Esaú era su hermano mayor. Recordad que también convertí en un desierto las montañas de Esaú y entregué a los chacales su territorio.


Os aseguro que en el día del juicio final vuestro castigo será mayor que el de ellos.


Ellos son como viñedos de Sodoma y de Gomorra que solo dan uvas amargas;


Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, incapaz de sentir vergüenza de nada.


Además, Dios castigó a los que vivían en las ciudades de Sodoma y Gomorra: el fuego los abrasó hasta dejarlos reducidos a cenizas; de este modo servirían de ejemplo de lo que les pasaría a los malvados que vendrían después.


Algo parecido les sucedió también a los que vivían en Sodoma y Gomorra y en las ciudades cercanas. Los que vivían allí pecaron y practicaron todo tipo de relaciones sexuales prohibidas. Por eso Dios los castigó y los arrojó al fuego que nunca se apaga; allí sufrirán un castigo que deberá servir de advertencia para los demás.


Sus cadáveres quedarán tirados en la plaza de la gran ciudad, donde crucificaron al Señor. La gente ha dado a esa ciudad el nombre simbólico de Sodoma y también la llaman Egipto.


Pero el monstruo fue capturado junto con el falso profeta que en su presencia había hecho maravillas. El falso profeta era el que había engañado con milagros a los que se dejaron poner la marca del monstruo y adoraron su estatua. Los dos fueron lanzados vivos a un lago ardiente de fuego y azufre.


Pero a los cobardes, a los que no crean en mí, a los que hagan cosas odiosas, a los que hayan matado a otros, a los que tengan relaciones sexuales prohibidas, a los que practiquen la brujería, a los que adoren dioses falsos y a los mentirosos, los lanzaré al lago ardiente de fuego y azufre, y allí permanecerán separados de mí para siempre.


Fuera se quedarán los malvados, los que practican la brujería, los que tienen relaciones sexuales prohibidas, los asesinos, los que adoran a dioses falsos y todos los que aman y practican la mentira.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite