Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 2:37 - Biblia Lenguaje Básico

37 Yo mismo he rechazado a esos que llamas tus amigos. Así que volverás de Egipto derrotada y llena de vergüenza, ¡y de nada te servirá su ayuda!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

37 También de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás por ellos.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

37 Desesperado, serás llevado al destierro con las manos en la cabeza, porque el Señor ha rechazado a las naciones en las cuales confías. Ellas no te ayudarán en absoluto.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

37 También de ahí saldrás con las manos en la cabeza, porque a Yavé no le gustan aquellos en que confías, y no te irá bien con ellos.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

37 También de allí saldrás con las manos en la cabeza, Porque YHVH ha desechado la base de tu confianza, Y con ellos no prosperarás.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 También de allí saldrás con las manos en la cabeza; porque Yahveh rechaza tus apoyos, y no tendrás éxito con ellos.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 2:37
16 Referans Kwoze  

Entonces David dijo a Urías: —Quédate aquí por lo menos esta noche y mañana volverás al campo de batalla. Y enseguida lo invitó a comer y beber, hasta que se emborrachó. David creía que de esta manera Urías se iría a su casa. Pero aunque Urías se quedó en Jerusalén hasta el día siguiente, tampoco esa noche durmió en su casa, sino que de nuevo se quedó con los soldados de la guardia personal del rey.


Pero al verse en la calle, se echó ceniza sobre la cabeza y rasgó su vestido para demostrar su vergüenza. Luego se fue llorando y gritando por todo el camino, con las manos sobre la cabeza.


Yo os advierto que nuestro guía es Dios, y que sus sacerdotes están listos para tocar sus trompetas y dar la señal de guerra. Así pues, israelitas, no luchéis contra el Dios de vuestros antepasados, pues no podréis vencer.


Porque seréis humillados, llevados presos y asesinados. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se calmará; nos seguirá amenazando todavía.


Quedará anulado ese trato de muerte cuando llegue el momento terrible, una gran desgracia os aplastará.


Los gobernantes mandan a sus sirvientes que vayan a buscar agua, pero los pozos están secos. Confundidos y llenos de vergüenza se tapan la cabeza, pues regresan con sus cántaros vacíos.


También los campesinos están angustiados y se tapan la cabeza porque no ha llovido en el país y está reseca la tierra.


Así dice Dios: ¡Maldito quien confía en los humanos y busca apoyo en simples criaturas! ¡Maldito quien se aleja de mí!


¡Con que facilidad cambias de aliados! Pues Egipto te decepcionará como antes te decepcionó Asiria.


Así dice Dios a los habitantes de Jerusalén: ¡Id por todo el país; subid a las montañas más altas, y llorad desconsolados! Los países que debían ayudaros ya han sido destruidos.


Yo, el Dios de Israel, os digo que escribáis esto sobre él: «Es un hombre sin hijos, su vida es un fracaso». Nadie de su descendencia se sentará sobre el trono de David para reinar sobre Judá.


Una esperanza teníamos: que un pueblo viniera a salvarnos; pero nuestros ojos están cansados esperando en vano una ayuda.


Pero Moisés les contestó: —¿Por qué vais a desobedecer a Dios?


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite