Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 2:31 - Biblia Lenguaje Básico

31 Pero escuchadme bien los que hoy formáis mi pueblo: ¿Acaso he sido para vosotros como un desierto o una oscura cueva? ¿Entonces, por qué me decís que vais a hacer lo que queráis y que no volveréis a adorarme?

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

31 ¡Oh generación! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

31 »¡Oh pueblo mío, presta atención a las palabras del Señor! ¿Acaso he sido como un desierto para Israel? ¿Acaso le he sido una tierra de tinieblas? Entonces díganme por qué mi pueblo declara: “¡Por fin nos hemos librado de Dios! ¡No lo necesitamos más!”.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

31 ¿He sido yo para Israel un desierto o una tierra cubierta de espinos? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: 'Nos apartamos de ti, no queremos verte más?'

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

31 ¡Oh generación, atended la palabra de YHVH! ¿He sido Yo un desierto para Israel? ¿O acaso una tierra de densas tinieblas? ¿Por qué dice mi pueblo: Somos libres,° nunca más volveremos a ti?

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 ¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 2:31
26 Referans Kwoze  

El faraón le contestó: —¿Por qué quieres volver a tu país? ¡Aquí nada te falta! Hadad le respondió: —Aun así, te ruego que me dejes ir. De modo que regresó, recuperó el reino de Edom y declaró la guerra a Israel.


Azarías, que era el jefe de los sacerdotes, y descendiente de Sadoc, le respondió: —Dios ha bendecido a su pueblo, y es tanto lo que desde el principio han traído al Templo, que no nos ha faltado comida; por el contrario, ha sobrado mucho.


Piden a Dios que los deje en paz y se niegan a obedecerlo.


El soberbio dice que Dios no existe ni le va a pedir cuentas de nada; eso es todo lo que piensa.


Tú acabarás con esa gente mentirosa y arrogante,


Porque si llego a ser rico, tal vez me olvide de ti y hasta me atreva a decir que no te conozco. Y si vivo en la pobreza, puedo llegar a robar y así ofender a mi Dios.


ni hablé desde un lugar oscuro y secreto; tampoco les dije a los israelitas que me buscaran donde no hay nada. Yo soy el único Dios que hablo siempre con verdad y proclamo lo que es justo.


Hace tiempo que rompisteis los lazos que nos unían, diciendo: «No seguiremos siendo esclavos». Y en lo alto de las colinas y bajo todo árbol frondoso, disteis culto a otros dioses.


Estáis empeñados en adorar a dioses extraños. Y no os importa andar descalzos y casi muertos de sed. Por eso, tanto vosotros como todas vuestras autoridades vais a quedar avergonzados, como el ladrón cuando es sorprendido.


Entonces decidí hablar con sus jefes, pues creí que ellos sí entenderían. Pero también ellos te desobedecieron y no quisieron hacerte caso.


Esta gente ha pecado muchas veces, y muchas otras te ha traicionado. Sus enemigos están ahora escondidos cerca de las ciudades de Judá y están a punto de atacar. Vendrán como leones feroces, como leopardos o lobos del desierto, ¡los atacarán y los harán pedazos! Todo el que salga de la ciudad será despedazado.


Quizás así os arrepentiréis de haberme abandonado para adorar a todos esos ídolos.


En el pueblo de Tecoa vivía un ganadero llamado Amós que, en una visión que Dios le dio, recibió el encargo de llevar a los israelitas un mensaje. Esto sucedió dos años antes del terremoto, cuando Ozías era rey de Judá y Jeroboán, hijo de Joás, era rey de Israel.


Escuchad, habitantes de Jerusalén, las palabras que Dios dirige a la ciudad y que son dignas de respeto:


Vosotros tenéis ahora todo lo que deseáis: ya sois ricos y actuáis como reyes, como si no necesitarais de nosotros. ¡Ojalá que de verdad fuerais reyes! ¡Así podríamos reinar junto con vosotros!


Pero al prosperar, os olvidasteis de Dios; dando la espalda a vuestro Creador y rechazasteis la protección del Dios que os había salvado.


Israel se olvidó de Dios; del Dios que le dio la vida. Abandonó a su Creador; se olvidó de su protector.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite