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Jeremías 17:25 - Biblia Lenguaje Básico

25 que por estas puertas entrarán reyes y príncipes, y se sentarán en el trono de David para reinar en esta ciudad. Entrarán montados en carros y en caballos, seguidos por la gente de Jerusalén y de las otras ciudades de Judá. Además, la ciudad de Jerusalén siempre será habitada.

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Biblia Reina Valera 1960

25 entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 entonces los reyes y sus funcionarios entrarán y saldrán para siempre por estas puertas. Siempre habrá un descendiente de David sentado en el trono aquí en Jerusalén. Los reyes y sus funcionarios siempre entrarán y saldrán en carros y a caballo por entre la gente de Judá, y esta ciudad permanecerá para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Entrarán por estas puertas con sus carros y sus caballos, ellos y sus cortesanos, y también la gente de Judá y de Jerusalén, y esta ciudad será habitada siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 entrarán por las puertas de esta ciudad en carros y en caballos los reyes y príncipes que se sientan en el trono de David; ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los habitantes de Jerusalem. Y esta ciudad será habitada para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten en el trono de David, montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, y esta ciudad estará siempre habitada;

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Jeremías 17:25
21 Referans Kwoze  

Además, yo haré que tu reino sea firme y que tus hijos se mantengan por siempre en el trono».


Como resultado de la batalla David capturó mil setecientos jinetes y veinte mil soldados de a pie. A la mayoría de los caballos destinados a los carros de guerra, les rompió las patas; solo dejó útiles a cien.


De ahora en adelante deberéis celebrar esta fiesta en mi honor, para recordar el día en que os saqué de Egipto.


Dios ha advertido a Israel que lo va a castigar. Todos han escuchado la advertencia, incluso los habitantes de Samaría, que dicen llenos de orgullo:


tú les responderás: —Dios me mandó a deciros que él va a emborrachar completamente a todos los que viven en este país. Emborrachará a los reyes descendientes de David que ocupan su trono, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén.


«Rey de Judá, que te sientas en el trono de David, oficiales del palacio y habitantes de Jerusalén, prestad mucha atención a lo que Dios dice.


Yo, el Dios de Israel, os digo que escribáis esto sobre él: «Es un hombre sin hijos, su vida es un fracaso». Nadie de su descendencia se sentará sobre el trono de David para reinar sobre Judá.


Si de verdad me obedecéis, siempre habrá en Judá reyes que entren por las puertas de este palacio para ocupar el trono de David. Lo harán montados en carrozas tiradas por caballos y acompañados de sus oficiales y de todo el pueblo.


Ellos os decían: «Dejad ya de hacer el mal y comportaos como es debido. Si lo hacéis así, habitaréis para siempre en la tierra que Dios os ha dado a vosotros y a vuestros antepasados.


Cuando llegue ese día, en el momento preciso nombraré a un rey de la familia de David, que reinará con honradez y justicia.


En Israel siempre habrá un rey de la familia de David.


Así dice el todopoderoso Dios de Israel: No prestéis atención a esos que os engañan asegurando que no voy a destruir esta ciudad porque aquí está mi Templo. Al contrario, haced lo siguiente: Corregid vuestra conducta, sed justos los unos con los otros, tratad bien a los inmigrantes, a las viudas y a los huérfanos; haced justicia al inocente y adoradme solo a mí. Si lo hacéis así, yo os dejaré vivir por siempre en este país que di a vuestros antepasados.


El rey que haya sido nombrado no deberá poseer grandes cantidades de caballos, ni mucho menos ir a comprarlos en Egipto, porque Dios os prohibió volver a ese país.


Sin embargo, vosotros os habéis acercado al monte Sion y a la ciudad del Dios que vive para siempre. Esa ciudad es la de Jerusalén, que está en el cielo, donde hay miles de ángeles que alaban a Dios


El rey pondrá a vuestros hijos al cuidado de sus carros de guerra y de su caballería, haciéndolos oficiales de su guardia personal.


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