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Jeremías 16:19 - Biblia Lenguaje Básico

19-20 Dios mío, tú me das nuevas fuerzas; cuando me encuentro en peligro, tú eres mi refugio. Desde los lugares más lejanos del mundo vendrán a ti las naciones y dirán: «Nuestros antepasados fabricaron dioses falsos que no sirven para nada y nos los dejaron como herencia».

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Biblia Reina Valera 1960

19 Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Señor, ¡tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de aflicción! Las naciones del mundo entero vendrán a ti y te dirán: «Nuestros antepasados nos han dejado una herencia despreciable, porque rendían culto a ídolos inútiles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¡Oh Yavé, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la desgracia! A ti vendrán a verte las naciones desde los últimos límites de la tierra, y dirán: Era sólo mentira lo que se transmitían nuestros padres, y vanidad y falta de poder.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Oh YHVH, fuerza mía y fortaleza mía, Mi refugio en tiempo de angustia! A ti vendrán las naciones desde los extremos de la tierra, diciendo: Nuestros padres no heredaron más que mentira, vanidad y cosas en que no hay provecho.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Yahveh, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de angustia, a ti vendrán naciones de los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira heredaron nuestros padres, vanidad que de nada sirve.

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Jeremías 16:19
55 Referans Kwoze  

A su vez, los oficiales de Siria dijeron a su rey: —Los israelitas nos vencieron porque sus dioses son dioses de las montañas. Pero si luchamos en la llanura, seguro que los derrotaremos.


Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder; eres para mí la fortaleza que me defiende.


¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! Así no seré culpable de cometer un gran pecado.


Cuando vengan tiempos difíciles, tú me darás protección: me esconderás en tu Templo, que es el lugar más seguro.


Poema compuesto por la familia de Coré. Instrucciones para el director del coro: para voces de tonos altos.


¡Dejad ya de pelear! —dice Dios—; reconoced que yo soy Dios y que estoy por encima de las naciones y de todos los pueblos de la tierra.


Cuando Dios deja oír su voz, se asustan las naciones, se tambalean los reinos y se estremece la tierra.


Solo Dios me da tranquilidad, solo él puede salvarme; solo él me da su protección, ¡jamás seré derrotado!


Solo él me da su protección, solo él puede salvarme; ¡jamás seré derrotado!


Tú escuchas nuestra oración. Estamos agobiados por nuestros pecados, por eso todos acudimos a ti. Nuestras culpas nos causan pesar, pero tú nos perdonas.


Reprende a esa nación que vive solo para la guerra. Parece una fiera entre los juncos, es como una manada de toros. Es tanta su ambición por las riquezas que hasta entre ellos se pelean.


Todas las naciones que tú hiciste vendrán a adorarte y a engrandecer tu nombre.


Dios es como una alta torre; hacia él corren los buenos para ponerse a salvo.


Has sido un refugio para el débil y has protegido al pobre en su aflicción. Tú eres un refugio en la tormenta, una sombra que protege del calor. Los planes de los tiranos son como una tormenta de invierno,


brindarán protección y refugio contra toda clase de peligros.


El que funde el metal para hacer una estatua y adorarla como un dios, pierde el tiempo.


Esa gente se deja engañar por algo que no vale nada, y no es capaz de entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira.


Esto dice también Dios a Israel: «Los campesinos de Egipto, los comerciantes de Etiopía y los habitantes de Sabá, que son todos muy altos, desfilarán ante ti y se volverán tus esclavos. Se arrodillarán ante ti y te dirán: "Solo en medio de ti está Dios; fuera de él no hay ningún otro Dios"».


Dios dice a su siervo: «Me parece muy poco para ti que reúnas las tribus de Israel y las hagas volver a su patria. Por eso te pondré como una luz para las naciones, y haré que lleves la salvación hasta el último rincón del mundo».


Las naciones verán tu liberación y todos los reyes de la tierra reconocerán su grandeza. Dios te dará un nombre nuevo


Las costumbres religiosas de esa gente no tienen ningún valor. Van al bosque, cortan un tronco y un artesano le va dando forma.


Esos ídolos no pueden hablar; ¡parecen espantapájaros en un campo sembrado de melones! Tienen que ser transportados porque ellos no pueden caminar; no les tengáis ningún miedo pues no pueden haceros daño, pero tampoco os pueden ayudar.


Y si estas naciones enemigas, que enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, aprenden ahora a portarse debidamente y a jurar por mi nombre diciendo: «¡Que viva el Dios de Israel!», llegarán a formar parte de mi pueblo.


Cuando estoy en peligro, tú me proteges. ¡No dejes que el miedo se apodere de mí!


Jamás ha existido una nación que haya abandonado a sus dioses, aun cuando sus dioses sean falsos. Pues vosotros, que sois mi pueblo, me habéis cambiado a mí, que soy el Dios verdadero y glorioso, por dioses que no sirven para nada.


Los sacerdotes nunca preguntaron por mí, los maestros de la Ley jamás me conocieron, los dirigentes pecaron contra mí, y los profetas no hablaron en mi nombre. Todos ellos siguieron a otros dioses que no sirven para nada, y en nombre de ellos hablaron.


De nada nos sirve ir a las colinas, ni lanzar nuestros gritos en las montañas. Solamente en ti, Dios nuestro, hallaremos nuestra salvación.


La ciudad de Jerusalén será para mí motivo de alegría, de honor y de gloria ante todas las naciones de la tierra. Porque cuando vean todos los beneficios y toda la prosperidad que voy a concederle, quedarán asombradas y conmovidas.


Cuando juréis en mi nombre, hacedlo con sinceridad y honradez y así las naciones encontrarán bendición en ese nombre y podrán cantar mis alabanzas.


Pero tú di a los israelitas que están en Babilonia que, aunque es verdad que yo los expulsé de esta tierra y los dispersé por todas las naciones, no será por mucho tiempo. Además, también allí pueden adorarme.


Esto dice el Dios de Israel: Vosotros, habitantes de Judá, habéis llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no os perdonaré! Rechazasteis mis enseñanzas y os negasteis a obedecer mis mandamientos. Preferisteis adorar a los dioses falsos que antes adoraron vuestros antepasados.


Nuestro Dios es bondadoso y cuida de los que en él confían. En momentos de angustia, él nos da su protección.


Dios mío, tú me das fuerzas; me das la rapidez del ciervo y me pones a salvo en lugares altos.


En todas las naciones del mundo hay quienes reconocen mi grandeza, y por eso me presentan ofrendas aceptables.


En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.


Porque Dios os libró de ese modo de vida tan poco provechoso que aprendisteis de vuestros antepasados. Y bien sabéis que, para liberaros, Dios no pagó con oro y plata, que son cosas que no duran;


El séptimo ángel tocó la trompeta y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: —Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo y reinarán para siempre.


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